La Cuarta Transformación cae en sus propias trampas. Juraban no ser iguales a la oposición, en la práctica resultaron ser peores. Criticaban lujos, viajes, gastos excesivos, incomprensibles endeudamientos, no tener ligas con la delincuencia y ¿Qué pasó en 5 años en dos gobiernos? Que todo lo que tildaron como actos exclusivos de la oposición, mas ellos lo practican igual o mejor. La oposición no presumía la honestidad, eso se sabe. Muchos abusaron de los beneficios que les dio el ejercicio del poder político. La “doctrina morenista”, impulsada por AMLO, basada en la práctica de la “pobreza franciscana y honestidad valiente” resultaron un mito, un fiasco. Hoy se sabe que son peores, lo han demostrado con creces; mienten y defraudan con candor, insistiendo en que no son iguales.
La última de la presidenta de Morena, Luisa Alcalde, la que justificó lujosos viajes de varios de sus compañeros morenistas quienes viajaron de vacaciones al extranjero, entre ellos uno de los hijos del expresidente; Ricardo Monreal, Mario Delgado, entre otros; argumenta la señora que los morenistas hacen uso de sus propios recursos económicos, mientras que los de la oposición abusaba del presupuesto público. La pregunta es simple ¿De dónde obtienen esos morenistas el dinero? Pues del presupuesto público. No son empresarios exitosos, mucho menos millonarios de “abolengo”, solo se han dedicado a la política, a vivir del presupuesto, a enriquecerse de los recursos públicos ¿De dónde más?
La misma Presidenta de la República pretendiendo justificar y con mucho esfuerzo -en la mañanera- exhortó a sus compañeros de partido y altos funcionarios públicos de Morena a seguir el ejemplo juarista, a vivir en la medianía, con honestidad, a “ser humildes”. Tarde la advertencia, esos servidores públicos fueron exhibidos en redes sociales, son el escarnio social, por aquello de la “pobreza franciscana” y ellos gastando miles o millones de pesos en viajes de placer. Falaz la sentencia de Luisa María. Luego está el incómodo y delincuencial asunto de Adán Augusto López, coordinador de la bancada de Morena en el Senado; sumido hasta el cuello por la relación que tuvo con su Secretario de Seguridad, cuando fue gobernador de Tabasco; implicado con el crimen organizado, lo busca la Interpol. Pero, resulta que el exgobernador y exsecretario de gobernación, ni el mismo AMLO, en su momento, sabían que el líder criminal de “La barredora” era empleado público de primer nivel en Tabasco. Insisten: “No somos iguales” ¡Son peores!
Analista legislativo. @HectorParraRgz