El expresidente Andrés López Obrador ofreció desde su campaña resolver el escabroso asunto de los 43. Ya durante su gobierno se comprometió en innumerables ocasiones y con mayor ahínco a rescatar a los normalistas de la Normal de Isidro Burgos. Creó un cargo público en su administración para atender la investigación -ilegalmente, dado que es competencia de la Fiscalía-, denominado “Comisión para la Verdad del caso Ayotzinapa”. Comisión encabezada por el entonces Subsecretario de Derechos Humanos en Gobernación, Alejandro Encinas Nájera. Dicha comisión fue más de corte político que de “investigación”. Al final de sus funciones, simplemente concluyó que se trató de un “crimen de Estado”. Se dedicaron a perseguir a los enemigos políticos y no a los delincuentes. Casi 200 detenidos y la mayoría en libertad, muchos de los delincuentes del grupo organizado de Guerrero Unidos.
Antes de concluir su mandato el expresidente López Obrador, entregó un larguísimo documento a los padres de los “desaparecidos”, de 30 párrafos en los que narra lo que hizo su gobierno; en el mismo documento se dedica a denostar a sus enemigos políticos, desde Felipe Calderón, hasta la periodista Anabel Hernández. Siempre mintió AMLO. Bien sabe que el cartel de Guerreros Unidos, fue el responsable del multihomicidio de los 43 y posterior incineración de sus restos. Explotó el asunto que se pervirtió en tema de orden político y lo supo aprovechar durante todo el sexenio. Alejandro encinas, en una de sus múltiples intervenciones llegó a comentar que ya sabían el paradero de los 43; otro mitómano que usó la Comisión de la Verdad como tema político; ensuciaron el expediente. Mientras el Fiscal General de la República, hizo mutis en el tema.
Al gobierno de la Cuarta Transformación le interesó más culpar a sus enemigos políticos que investigar la “verdad histórica” de la muerte de los 43 normalistas. Desvirtuaron las primeras investigaciones con aquello de las “torturas” a los detenidos, muchos de ellos lograron su libertad. Luego intervino la Universidad de Innsbruck, Austria, la que, en base a minuciosos análisis forenses concluyó que un par partículas de huesos encontrados en el basurero de Cocula, pertenecieron a 2 de los normalistas; el gobierno amloista terminó desmintiendo los dictámenes de la Universidad. No les convenía reconocer que efectivamente en ese lugar fueron incinerados varios de los cuerpos -o todos- de los normalistas, para después arrojar las cenizas al rio. No podía “morir” el asunto político que tanto explotó el expresidente; además, los familiares se “resisten” a creer que fueron asesinados después de más de 10 años; incluso los mismos padres de familia han aprovechado el lamentable hecho, les ha servido para obtener recursos de apoyo para su lucha: “vivos se los llevaron, vivos los queremos”.
Dejo constancia de los últimos párrafos del enorme escrito que entregó el expresidente a los padres de familia de los 43: “Desde octubre de 2023, con la información de testigos y participantes voluntarios se han realizado 280 excavaciones con la participación de 270 elementos de la Fiscalía General de la República y de la Fiscalía Especial, y con la cooperación de la Guardia Nacional y las secretarías de Marina y de la Defensa Nacional”. “Asimismo, se envió al Congreso de la Unión una ley de amnistía, que fue aprobada, cuyo propósito es poder contar con mayor información sobre este caso en especial y con otros de igual importancia en la impartición de justicia”. “En cuanto a la información solicitada por los representantes de las madres y los padres de Ayotzinapa por parte de la Secretaría de la Defensa, es conveniente aclarar que, desde el principio de esta administración, esa secretaría ha entregado a la Fiscalía Especial 33 tomos con diversas documentales. Aquí agrego el último informe que le solicité al general Luis Cresencio Sandoval González, secretario de la Defensa Nacional, denominado: Actuación del personal militar en los sucesos del Caso Ayotzinapa (Anexo 6)”. “Asimismo, los padres y madres de los jóvenes desaparecidos han visitado las instalaciones militares de Iguala, Guerrero, y siempre se les ha respondido a todas sus solicitudes de información; incluso se les ha permitido entrar a los archivos, y sigue en pie el ofrecimiento de que vuelvan a revisar todo lo que consideren necesario con el apoyo de especialistas en el manejo de documentos de la academia y de universidades”. “Hacia adelante, en el tiempo que me queda como Presidente de la República, continuaremos la búsqueda de los jóvenes estudiantes desaparecidos y no descansaremos hasta conocer toda la verdad sobre este doloroso, injusto e indignante suceso”. “Espero que antes de mi último informe podamos, para satisfacción de las madres, padres y familiares y del pueblo de México, cumplir el compromiso de encontrar a los jóvenes de Ayotzinapa y saber con mayor precisión lo sucedido; es decir, la irrefutable y auténtica verdad de los hechos”.
Lo sorprendente. La presidente Claudia Sheinbaum, retomó el asunto. Ahora pedirá el apoyo de la ONU para continuar con las investigaciones. Esta vez, dice la mandataria que se analizarán conversaciones telefónicas ¿Hasta cuándo dejarán el expediente penal en manos de las autoridades competentes? Ahora, teniendo el control del Poder Judicial, seguramente podrán emitir las sentencias que les venga en gana y culpar, por consigna, a sus enemigos políticos.