Demasiados observadores electorales para una elección judicial espuria. El INE dio a conocer que 136 mil 459 ciudadanos y ciudadanas están interesados en participar como observadores electorales. Habría más observadores que candidatos y casillas, las que apenas superarán las 80 mil, dado el recorte presupuestal ¿De dónde surgió tanto interés en observar quiénes y cuántos electores acudirán el día de la jornada electoral? Las listas de candidatos en cada boleta serán enormes, nadie podrá saber en sana “justicia”, por quién votar, salvo que sea su amigo, pariente o consigna ¿Acaso muchos de los observadores dirigirán la tendencia de los votos? Simplemente algo no está bien.

El INE también dio a conocer que ha eliminado a miles de aspirantes a observadores electorales por no cumplir con los requisitos, como el no ser funcionario público que maneja programas sociales, no ser militante o haber sido candidato de partido político. En el primer recorte rechazaron 22,549 solicitudes. Si estas personas conocen los impedimentos ¿Por qué inscribirse como observadores, con qué fin? Asimismo, el INE ha validado 25,546 solicitudes; restan por analizar 88,364 solicitudes más. De pronto muchos interesados en las elecciones judiciales; nunca el mismo interés mostrado en las elecciones constitucionales. Por primera vez esas y esos que se inscribieron como observadores se muestran inquietos por saber quién será jueza o juez de distrito, magistrada o magistrado o ministra o ministro de la SCJN. Tal vez esas personas se muestren más interesadas por controlar la impartición de justicia en los 881 cargos que están en juego y esa sea la razón de pretender ser observador.

Seis boletas recibirá cada elector y entre ellas encontrará un par de cientos de nombres ¿Cada elector sabrá quién es la o el mejor para impartir justicia? ¿Cuál será el criterio para votar por la persona de su preferencia? ¡Toda una farsa la “democratización” del Poder Judicial! Imposible mejorar la impartición de justicia en México con el perverso y manipulable juego de la participación del pueblo en la elección de las autoridades que dictarán justicia con base en la experiencia y el pleno conocimiento del Derecho; eliminan sin razones justificadas a los que saben impartir justicia para colocar a los legos en la materia. La respuesta a la burda y grosera maquinación de la perversa reforma constitucional y leyes secundarias, es evidente: colonizar y apoderarse del Poder que controlaba y limitaba los abusos del poder político.

Analista legislativo. @HectorParraRgz

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