¿Por qué y para qué perjudicar más a México? Hace una semana se dio la elección popular más grande de la historia de México, bajo un sucio manoseo desde la Presidencia de la República, que le permitió al partido en el Poder, aumentar su presencia en las Cámaras de Senadores y de Diputados. A virtud de lo anterior, López Obrador anunció la puesta en marcha de su plan “C”, que consiste en deteriorar más la endeble estructura jurídica mexicana con el propósito de aumentar el control y poder presidencial en la dinámica social y económica del país. Subordinar a las instituciones al poderío del titular del Poder Ejecutivo, incluyendo a los otros Poderes, el Judicial y el Legislativo, con la finalidad de resquebrajar el control de los Poderes en la Constitución, lo cual nos lleva a pensar en un poder totalitario y dictatorial en manos de la próxima presidenta de la República.

El proceso electoral dejó huellas profundas de violaciones a principios constitucionales como la equidad e igualdad, lo cual permitió refrendar el triunfo al presidente, instrumento personal de las afrentas a la Constitución. Todo indica que habrá un enfrentamiento jurídico para combatir sendas injusticias. Si bien el proceso electoral está a punto de concluir con la entrega de la constancia de mayoría a la presidenta electa, la batalla jurídica estará por iniciar. Esta vez el INE, al que tanto defendieron millones de mexicanas y mexicanos, fue cómplice de los atropellos, en literal amasiato con el poder político y gubernamental, cuando todo hacía pensar que ese organismo autónomo había guardado sana distancia de las tentaciones gubernamentales y ganado autoridad nacional e internacional por el pulcro trabajo desarrollado durante 30 años en manos de ciudadanas y ciudadanos profesionales. Todo se derrumbó cual castillo de naipes.

El partido en el poder y sus aliados no alcanzaron la mayoría calificada en el Senado de la República, que le permita, hasta ahora, trastocar la Constitución a su antojo. Sin embargo, tanto el presidente de la República, como su coordinador en la Cámara de Diputados, anunciaron las reformas del plan “C”, motivando de inmediato la rección en contra de la clase empresarial e inversionistas; el peso se depreció y cayó estrepitosamente la Bolsa Mexicana de Valores. Todos quieren certeza jurídica en las reglas legales, aún los pequeños empresarios y consumidores que han visto crecer la inflación. No todo es bueno hasta ahora, necesaria la prudencia y el decoro en las acciones gubernamentales.

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