Se consumó la “elección de Estado”. En la legislación de nuestro sistema jurídico mexicano no existe ese término, por lo tanto, se habla de “fraude electoral”. Dados los resultados de las elecciones, es irreversible el triunfo o la derrota. Con el cómputo que se llevó a cabo ayer miércoles en los 300 consejos distritales del INE, habrá pequeños cambios en los números, tal vez no se cumpla lo declarado por la irresponsable titular de la Secretaría de Gobernación, en alusión a que, Morena y aliados lograron la mayoría calificada en ambas Cámaras. La Secretaria simplemente no tenía las cifras ni autoridad; declaración irresponsable, de ahí la abrupta caída de la Bolsa Mexicana de Valores y la depreciación del peso mexicano.

Lo cierto que, nuevamente, comprados, manipulados y con trampas, una mayoría de mexicanas y mexicanos volvieron a ratificar el triunfo a la coalición morenista. Si bien la mayoría de electores no les dieron la confianza; casi un 40% de los más de 98 millones de inscritos en la Lista Nominal de Electores, no acudió a las urnas. Luego, la minoría que votó por la oposición no alcanzó el triunfo en las urnas, como todo hacía suponer; no fue así. De tal suerte que la candidata del presidente estará gobernando a partir del 1º de septiembre próximo. AMLO hizo la campaña que llevó al triunfo a su movimiento, de ahí la elección de Estado; movió todo el aparato gubernamental para conseguir la mayoría de votos y lo logró.

Las impugnaciones por los fraudes electorales no “tumbarán” la elección. El INE esta vez fue coparticipe del fraude y cómo no, si la señora Taddei es abiertamente morenista, dio todas las facilidades para la comisión de una retahíla de irregularidades para que se consumara la elección de Estado. La legislación electoral vigente no alcanza para anular la elección presidencial y las autoridades no tienen la menor intención de hacerlo. La mayoría de los votos de la oposición fueron de las y los simpatizantes de la “Marea Rosa”, los partidos de la coalición Fuerza y Corazón por México, carecen de la fuerza para aportar los millones de votos que recibieron; están solos, en vías de extinción si no se renuevan de fondo. Agotados los partidos políticos en sus raquíticos resultados en el arte de la gobernanza: todos. Es tiempo de cambios de fondo; evitar otra cínica elección de Estado; que las promesas de campaña se cumplan y dejen de ser anzuelo para “cachar votos” y después incumplir; evitar abusos ¡Imperativo limitar al Poder Público!

Analista legislativo. @HectorParraRgz

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