La legislación determina que, a través del Poder Ejecutivo se envía a la Cámara de Diputados, el proyecto del Presupuesto de Egresos de los 3 Poderes y demás organismos públicos. A su vez, la Cámara de Diputados, por simple mayoría de votos, aprueba los egresos para que sean aplicados de acuerdo a los programas, montos y evaluación de lo aprobado.

El titular del Poder Ejecutivo siempre ha dispuesto discrecionalmente de transferencias de las partidas presupuestales, además de la “secreta”. No es nuevo. Sin embargo, actualmente obliga a todas las dependencias a reducir gastos por decreto. El año pasado solo les dejó el 15% y el Presidente se llevó lo demás, significando un fraude al presupuesto y a los contribuyentes.

El proceso legislativo determina por medio de la Ley de Ingresos, la cantidad a recaudar, parte de ella por medio de impuestos, derechos, productos, aprovechamientos que aporta el contribuyente; ello con la finalidad de cubrir los gastos que se presupuestan para el desarrollo de los programas que se plasman en el Decreto de Egresos. Luego, si no cumplen con las metas planeadas para su aprobación, llegamos al fraude presupuestal. En ello estuvo la reducción de los salarios y “aportaciones voluntarias” para “donar” parte de los emolumentos.

Para disimular el engaño, los legisladores crearon diversas normas en las leyes de “Austeridad Republicana” y de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria, en las que se faculta al titular del Poder Ejecutivo, hacerse de los “ahorros” y disponer de ellos discrecionalmente. Facultad que le fue quitada por los ministros al considerar que esas normas son inconstitucionales, dado que la atribución para distribuir el gasto de los representantes populares, no del presidente de la República.

Al titular del Poder Ejecutivo poco le importó la inconstitucionalidad de esas normas, él sigue decretando “ahorros”, lo cual significa no cumplir con las metas planeadas por cada dependencia. La decadencia en la prestación de los servicios públicos, por eso no hay dinero para mantenimiento de obras públicas, como fue el caso del Metro que llevó a la tragedia.

¿A dónde van a parar los millones de pesos de “ahorro”? Directo a las obras insignes del gobierno de la 4T, todas ellas están consumiendo la mayor parte del presupuesto, generando el engaño con lo presupuestado originalmente. Ahora decreta la “pobreza franciscana” en el ejercicio del gasto, supuestamente erogar menos. Mas el dinero recaudado es consumido.

Analista legislativo. @HectorParraRgz

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