Toda una incógnita lo que sucede con los acuerdos y confesiones que han hecho los miembros de la familia del “Chapo Guzmán” ante autoridades de los EUA. A ello se acompaña la cancelación de visas de la gobernadora de Baja California y su esposo; ambos sospechosos de estar involucrados con el crimen organizado. Se conjugan varios asesinatos de empresarios ligados con militantes y funcionarios de los gobiernos morenistas, quienes, supuestamente, financiaron campañas políticas; el robo de combustible a Pemex como nunca, las redes del huachicol incontenibles. Mientras Donald Trump recibe la negativa de la presidente Claudia Sheinbaum, de intervenir en territorio mexicano con tropas del ejército estadounidense, para combatir en forma conjunta a los narcoterroristas, pretextando la “soberanía”, para negar la intervención; “soberanía nacional” que se encuentra compartida con grupos de la delincuencia organizada.
En el estado de Sinaloa no para la violencia, se suman más asesinatos desde septiembre pasado cuando inició el violento conflicto por la detención del “Mayo Zambada”, detenido en tierras norteamericanas. Cierto, el gobierno de Sheinbaum, a diferencia de la política de los abrazos y no balazos de su antecesor, ha logrado incautar armas de fuego, vehículos, propiedades inmobiliarias, millones de pesos, droga -fentanilo-, aprehensiones, destruido laboratorios y entrega de delincuentes a las autoridades norteamericanas que reclamaban la extradición. Sin embargo, la violencia persiste, continúan asesinando a candidatos, políticos y más; las desapariciones de personas han aumentado. Omar García, titular de la Secretaría de Seguridad, asegura que la Guardia Nacional cuenta con 113 mil elementos y con ellos participan el Ejército y la Marina, para combatir al crimen organizado; más de medio millón de elementos no logran someter a los delincuentes.
De pronto, en este mar de problemas y confusiones, algo inusitado, nunca visto; salieron huyendo del país 17 familiares del “Chapo Guzmán”, para internarse legalmente en los EUA, entregarse a las autoridades y acogerse a los acuerdos de testigos protegidos, bajo la protección de autoridades norteamericanas; García Harfuch aseguró que funcionarios estadounidenses ya los esperaban en la frontera ¿Huyeron por temor a ser asesinados, sea por autoridades mexicanas o la delincuencia organizada? ¿Qué hicieron y qué saben esas 17 personas; qué ilícitos confesarán que prefirieron entregarse a las autoridades norteamericanas y no a las mexicanas?
Analista legislativo. @HectorParraRgz