Hasta a la señora presidente Claudia Sheinbaum le pareció un exceso la sentencia emitida por el oficialista Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación; los magistrados condenaron a una ciudadana ofrecer disculpas públicas durante 30 días consecutivos en redes sociales en favor de una diputada del Partido del Trabajo, esposa de Sergio Gutiérrez Luna, actual presidente de la actual mesa directiva de la Cámara de Diputados. Morenista consentido.
Los morenistas y sus gobiernos resultaron muy sensibles a la crítica, la que antes utilizaron hasta el cansancio y en exceso en contra de sus adversarios o enemigos políticos. Ahora, como funcionarios públicos, no soportan ni toleran la crítica ciudadana; sí, la crítica de aquellos que pagan sus salarios.
Los magistrados obligan a la ciudadana que osó criticar a la esposa del presidente de la mesa directiva a que, sin mencionar el nombre de la esposa, hoy diputada del PT, para que, bajo la leyenda “Dato Protegido”, realice las publicaciones en redes sociales. La presidente afirmó que “el poder debe ejercerse con humildad, no con soberbia”; estimó que bastaba una sola disculpa para resolver este tipo de conflictos. Pero la Sala Superior obliga a la ciudadana a la pena de 30 disculpas ¿Alguna lógica racional? No. Más bien se trata de una humillación pública propiciada por los magistrados oficialistas.
También dijo Sheinbaum: “Sí puede haber una sanción del Tribunal de decir no hubo fundamento, es bueno que haya una disculpa pública, y se hace la disculpa. Pero esta exigencia por 30 días es un exceso”. Así lo confirmó en su mañanera la vez que llamó a los jueces y tribunales a actuar con mesura y justicia ¿Le hacen caso? Claro que no. Se deben a AMLO, no a ella.
En varios estados de la República Mexicana, se suscita la misma conducta abusiva de las autoridades morenistas. Todos quieren callar la crítica; todos amenazan con sanciones y sentencias respaldadas por autoridades oficialistas. En Puebla legislaron el ciberacoso para amedrentar, amenazar y calla a las voces críticas, sean de ciudadanos, periodistas o medios de comunicación. Al borde del fascismo autoritario y represor.
La sentencia resultó contraproducente en contra de la diputada federal del PT, esposa del morenista Gutiérrez Luna, que ha guardado silencio. El asunto se volvió viral con el hashtag de #DatoProtegido, después de que la ciudadana Karla Estrella iniciara a publicar el mensaje que le obliga a pedir disculpas y en claro con tono irónico. En la sentencia los magistrados oficialistas le ordenaron publicar durante 30 días un texto que las mismas autoridades judiciales le escribieron en la resolución ¡Ah barbaros! Debe reconocer haber incurrido en violencia simbólica, psicológica y mediática contra la diputada del PT; no debe mencionar la identidad de la “afectada”; misma que ya se hizo famosa, nadie la conocía; ahora se sabe que es abusiva, producto del nepotismo. De tal suerte que cientos de usuarios en redes sociales critican acremente la decisión del TEPJF, coinciden en que se trata de censura y abuso de poder ¡Por supuesto!
La ciudadana sentenciada como responsable de violencia de género, está posteando en su cuenta de X el -textual- siguiente mensaje: “Te pido una disculpa, DATO PROTEGIDO, por el mensaje que estuvo cargado de violencia simbólica, psicológica, por interpósita persona, digital, mediática y análoga, así como de discriminación, basado en estereotipos de género. Esto perjudicó tus derechos político-electorales porque minimizó tus capacidades y trayectoria política”
El asunto se originó por una publicación en la red X, por parte de la ciudadana Karla Estrella; cuestionaba la candidatura de Diana Karina Barreras, supuestamente impulsada por su esposo. Acorde con la propuesta de la señora Sheinbaum, un claro e indubitable nepotismo político, que ahora es ley, pero se aplicará hasta el 2030. Así que la oficiosa Sala superior, los magistrados, sentenciaron que dicho mensaje constituyó violencia política de género.
La hoy diputada federal del PT y esposa del diputado federal de Morena -repitió- Diana Karina Barreras, se defendió y, claro está, aplaudió la resolución del Tribunal Electoral. Afirmó que, según ella, desestimar la trayectoria política de una mujer atribuyéndola a un hombre constituye un acto de violencia ¿En este caso no fue así? Es pregunta. Según la “ganadora” y censuradora aseguró que, no se trata de censura, sino de hacer valer la ley. Vaya manera de pensar y abusar de a ley.
Karla Estrella, la sentenciada como responsable de violencia de género, está cumpliendo con la sentencia impuesta. Ha sido entrevistada por muchos periodistas, su caso se volvió “viral”, en perjuicio de la “ganadora”. Ha comentado que el incumplimiento podría derivar en sanciones legales y bloqueo de sus cuentas bancarias. Esos magistrados electorales se siguen ganando el premio de no haber sido removidos, obedecen y protegen al oficialismo.
El tema resulta, una vez más, de sumo interés. Por supuesto que la Comisión Nacional de Derechos Humanos, no opina. De tal suerte que tema abre a debate público sobre los límites que deben existir entre libertad de expresión y violencia política de género, así como el papel del Poder Judicial en materia electoral en tratándose de redes sociales ¿Dónde quedan los derechos humanos en este ejercicio? Los magistrados aplican discrecionalmente su criterio, no hay otra autoridad superior que los pueda revocar o remover de sus resoluciones y de sus cargos. Son omnímodos.