Nerviosismo en las esferas gubernamentales. El pasado miércoles, la presidente Claudia Sheinbaum no dejó pasar el acuerdo emitido por su homóloga en el Suprema Corte de Justicia de la Nación, la ministra Norma Piña Hernández, quien después de haber realizado la última sesión ordinaria del pleno de la Corte, convocó a sus pares para la sesión extraordinaria el próximo martes 19; hecho que incomodó a la presidente al menospreciar aquello que resolverán, dado que “ya se van” los actuales ministros y “llegarán aires frescos”, dijo la señora. Los únicos asuntos pendientes en el máximo Tribunal Constitucional son de naturaleza electoral, de ahí el nerviosismo oficial ¿Podrían declarar la inconstitucionalidad de la fraudulenta elección judicial? Interrogante que generó el sobresalto político.
Luego vendría el incremento del nerviosismo con el proyecto de sentencia del magistrado de la Sala Superior del TEPJF, Reyes Rodríguez Mondragón, publicado en la plataforma del órgano jurisdiccional, en el que propone la anulación de la elección de ministros por considerar la serie abusos cometidos en la elección constitucional extraordinaria, por aquello de la distribución sistemática y generalizada de los “acordeones”; esos a los que el oficialismo no les dio importancia porque, según ellos, no fue el factor que influyó en los resultados y no, según ellos, de demostró el origen de los mismos, a pesar de lo evidente del origen. Incluso a muchos que fueron contratados en la CDMX, para la distribución no les pagaron por sus servicios.
Dado que el oficialismo tiene bajo su control a 3 de los 5 ministros que conforman la Sala Superior -faltan 2-, el proyecto del magistrado Rodríguez no será aprobado por mayoría numérica; no precisamente por mayoría de razón. Sin embargo, la publicación del proyecto de sentencia ha causado gran inquietud entre la población mexicana, dado que volvió a revivir el tema de la posibilidad de la nulidad jurídica y constitucional de la fraudulenta elección. El reflejo no solo es nacional, también impacta en la esfera internacional de los países democrático que vieron cómo el oficialismo literalmente se robó las elecciones para imponer a los candidatos que ellos propusieron en la “acordeones”; el hecho delincuencial causó molestia y deteriora aún más la imagen de México, quien había logrado dejar en el pasado elecciones fraudulentas a cargo del Estado; con esta fue la segunda elección abrazada del fraude desde que las huestes amloistas se apoderaron de los organismo electorales; la primera fue la elección de Claudia Sheinbaum, en la que el expresidente López Obrador, operó con todo el aparato gubernamental, haciendo uso de dinero público para “ganar las elecciones”; AMLO hizo campaña desde la presidencia de la República en favor de su movimiento y de su partido.
Si bien el pleno de la SCJN solo atenderá asuntos de naturaleza electoral, seguramente no resolverá nada que tenga que ver con la fraudulenta elección judicial, ni por separado, como pudiera ser la elección de jueces, magistrados o ministros. No será así. La normatividad les da competencia para resolver, a más tardar asuntos electorales antes del 28 de agosto, luego entonces deben de sesionar, a pesar de la agria e innecesaria crítica de la presidente de la República. La presidente Sheinbaum, dada su ignorancia constitucional y legal se cuestionó el por qué iban a sesionar; su mismo desconocimiento, falta de asesoría y deseo de continuar vituperando a las y los ministros que dejarán el cargo el día último del mes, la puso nerviosa y así estará hasta que no resuelva la Corte lo conducente. A la SCJN le competen los asuntos de la Sala Superior del TEPJF, luego entonces la elección de los magistrados que faltan por integrar la Sala, aquellos que nunca quiso aprobar el Senado de la República, a pesar de que la Corte envió las propuestas. Claro, no quisieron magistrados incómodos, así que AMLO lo impidió; hasta hoy que ya fueron electos con la venia del oficialismo, insertos en los “acordeones”, así tendrán 2 magistrados más bajo su control, 5 de 7; 2 de ellos no lograron someterlos al yugo del poder.
Sin embargo, la esperanza de millones de mexicanos, columnistas y analistas en la materia, hacen revivir la esperanza de “meterle” un susto al gobierno de la presidente Claudia Sheinbaum, con aquello de la posibilidad de anular la elección. Lamentablemente no comparto esa ilusión y quisiera equivocarme, mas no será así. La nulidad de la contienda recae en el resorte de competencia de la Sala Superior, así lo llegaron a plantear algunos consejeros del INE, cuando abordaron el tema en el pleno del Consejo General. Ellos plantarían la semilla y los magistrados harían el trabajo judicial. No se hizo ese trabajo. Apenas el magistrado Reyes Rodríguez, hace el planteamiento de anular la elección de los 9 ministros, todos producto del fraude electoral que plantea el magistrado ponente; pero, los números de magistrados no alcanzarán para conseguir el enorme objetivo de “lavarle la cara a la justicia”. El 1o de septiembre, día del primer informe de la presidente Sheinbaum, estarán tomando protesta los empleados judiciales que llegarán manchados por el fraude electoral ¡Ilegítimos de origen!