Mientras el viernes Donald Trump autorizó al Pentágono preparar ataques a los cárteles —especialmente de Venezuela y México—, aquí los periodistas de investigación, Ricardo Ravelo y José Luis Montenegro, especialistas en delincuencia organizada, publicaron La cuarta transformación del crimen organizado, que estremecerá al comprobarse los nexos del lopezobradorismo con cárteles.
El libro, es una crónica explicativa y analítica cuya lectura permite entender el impacto del narco en la vida política nacional a través de hechos incontrovertibles: la presencia de la narco delincuencia en los procesos electorales desde 2021, en favor de Morena y sus aliados, imponiendo candidatos, eliminando adversarios, financiando campañas y operando su triunfo; la impunidad que gozaron los cárteles, que les permitió romper el récord histórico de asesinatos y desapariciones; la facilidad que tuvieron para expandirse en el país —e internacionalmente de la mano del Foro de Sao Paulo—; la militancia de sus abogados en Morena y su presencia en órganos de gobierno de este partido; los negocios sucios en materia de huachicol fiscal y huachi-diesel; la presencia de líderes del narco en cargos estatales, municipales y federal; el porqué de la dizque estrategia “abrazos, no balazos”, puntal para la consolidación de la cuarta etapa de la transformación de la delincuencia organizada: el narco gobierno.
Un hito de esta narrativa de relaciones peligrosas es la traición, secuestro, traslado y entrega de Ismael “El Mayo” Zambada, líder histórico del Cártel de Sinaloa, al gobierno de los Estados Unidos —a través de la CIA—, como una venganza de los chapitos por el asesinato de Édgar Guzmán López. En esta trama participó el gobernador morenista Rubén Rocha Moya, según documentos y audios obtenidos por los autores.
También se refiere al asesinato de los cuatro custodios de “El Mayo”, y de Héctor Melesio Cuén, archi rival político de Rocha Moya; el permiso para que el gobernador de Sinaloa se ausentara del lugar de los hechos, donde supuestamente se resolvería la disputa de éste con Melesio Cuén sobre el control de la Universidad Autónoma de Sinaloa.
Otro elemento bien documentado se refiere a las cuatro transformaciones históricas del crimen organizado, comenzando cuando trabajaban unidos; la distribución de territorios; la cooptación de gobernantes y funcionarios públicos municipales, estatales y federales, hasta llegar a consolidarse en narco gobierno: pasaron de grupos marginales a poderes fácticos.
Quienes quieren ver la realidad entenderán el papel de los narcopolíticos en la tarea de cobijo a los delincuencia organizada, y sacarán sus propias conclusiones sobre la cercanía de Adán Augusto con el CJNG a través de su secretario de Seguridad, y cómo La Barredora se expandió a secretarías de Seguridad de otros gobiernos estatales morenistas.
Aunque esta ventana a la realidad permite apreciar detalles poco conocidos, otras más quedarán claras cuando el gobierno mexicano entregue a narco políticos a los Estados Unidos; y al trascender las delaciones que estos hagan.
El título resulta provocador: La cuarta transformación del crimen organizado, porque el factor clave en la consolidación de ambas transformaciones es el mismo personaje: AMLO.
La gran duda reside en el papel que jugará Claudia Sheinbaum: como colaboradora en la erradicación de este cáncer que tanto daño hace al país, o como encubridora y cómplice de muchos de sus compañeros de filas, especialmente del capo di capi de los narco políticos —que 19 veces visitó Sinaloa y 7 veces Badiraguato—; si Sheinbaum aprovechará la información aportada por Estados Unidos para desmarcarse de su antecesor e iniciará su propio gobierno, o si, como algunos opinan, optará por dejar a AMLO seguir gobernando al país.
El libro es lectura obligada para quienes quieren ver la realidad; y, prohibido, para los que prefieran seguir en la negación de la misma.
Periodista y maestro en seguridad nacional