Guillermo Tamborrel

Tabaco y cine

23/01/2017 |02:49Guillermo Tamborrel |
Redacción Querétaro
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El cine es sin duda un extraordinario espacio para disfrutar y aprender muchas cosas, por ello es vergonzoso que se siga promocionando fumar cigarros de tabaco en las películas ya que en estas se continúan mostrando imágenes en las que mañosamente se genera una impresión positiva del fumar tabaco lo que finalmente induce al terrible mal del tabaquismo. Imágenes que realmente no son necesarias en la trama de la misma película y cuya existencia obedece al apetito voraz de la industria tabacalera y a su carencia de ética como también a la ignorancia o complicidad de la Secretaría de Gobernación.

El Instituto Nacional del Cáncer de EU y el director general de Sanidad también de EU, basados en una sólida evidencia científica, concluyeron que el observar escenas de consumos de cigarros o sus marcas en películas induce sobre todo a los menores de edad a fumar. El Centro de Comunicación y Pedagogía (www.centrocp.com) manifiesta que hay investigaciones que señalan que el 52% de los adolescentes que fuman se iniciaron incitados por actores de películas. Por cierto, ¿has observado cómo los fumadores adultos salen destapados del cine al concluir la película para encender y fumar un cigarrillo?

La industria tabacalera en su momento reconoció el haber firmado convenios con grandes empresas productoras como Paramount y Warner para que actores como Clark Gabel, John Wayne o Humphrey Bogart aparecieran fumando en las películas. Convenios que se repitieron años después para que actores estrellas como Clint Eastwood, (Impacto súbito, 1983), Sean Connery (Nunca digas nunca jamás, 1983), y Paul Newman (Harry e hijo, 1984) también fumaran ante las cámaras. Es de señalarse que a principios de los noventa dichos convenios fueron eliminándose hasta que a mediados de esa misma década y ante la disminución de las ventas de cigarros la industria tabacalera los retomó y pudimos observar a grandes estrellas como Bruce Willis, Johnny Deep, Brad Pitt o Tom Cruise fumando. Todos estos convenios vienen a confirmar que las imágenes de fumadores en las películas inducen al consumo de tabaco.

Es importante señalar que ante el reclamo de las autoridades sanitarias así como de diversos académicos y asociaciones civiles, la industria tabacalera ha establecido diversos compromisos de autorregulación. Compromisos que simplemente no han cumplido.

Ante los terribles daños que ocasiona el tabaquismo y a su gran penetración en prácticamente todo el mundo la Organización Mundial de la Salud, con evidencia científica más que contundente sobre los daños ocasionados por el humo de tabaco tanto en los fumadores como en las personas que los rodean y después de un análisis serio y profundo sobre las medidas para abatir tan terrible mal, propuso el Convenio Marco para el Control del Tabaco. Tratado internacional que México firmó y ratificó. El Convenio Marco contempla una serie de medidas para disminuir el consumo de tabaco y, sobre todo, para proteger la salud de los no fumadores. Ello llevó al Congreso de la Unión a aprobar la Ley para el Control de Tabaco que contiene entre otras muchas medidas las siguientes: 1.- Un esquema impositivo agresivo (que conlleva el principio de que sean los fumadores los que paguen los costos de sus tratamientos médicos aún en los servicios públicos, ello mediante el pago de impuestos en la compra de cada cajetilla de cigarros); 2.- Los pictogramas; 3.- Los espacios 100 % libres de humo de tabaco; 4.- Prohibición de la publicidad y promoción de productos del tabaco dirigida a menores de edad.

El mencionado Convenio Marco para el Control del Tabaco establece en su artículo 13 lo siguiente: “Publicidad, promoción y patrocinio del tabaco. 1. Las Partes reconocen que una prohibición total de la publicidad, la promoción y el patrocinio reduciría el consumo de productos de tabaco.(...)4. Como mínimo, y de conformidad con su constitución o sus principios constitucionales, cada Parte: a) prohibirá toda forma de publicidad, promoción y patrocinio del tabaco que promueva un producto de tabaco por cualquier medio que sea falso, equívoco o engañoso en alguna otra forma o que pueda crear una impresión errónea con respecto a sus características, efectos para la salud, riesgos o emisiones; b) exigirá que toda publicidad de tabaco y, según proceda, su promoción y patrocinio, vaya acompañada de una advertencia o mensaje sanitario o de otro tipo pertinente(...)”.

Dichos preceptos no son respetados por la Dirección General de Radio, Televisión y Cinematografía de la Segob al clasificar como B-15 (lo que permite el acceso de menores de edad de entre 15 y 17 años de edad) a películas en las que se muestra al consumo de drogas como lo es fumar tabaco. Textualmente el criterio de clasificación (publicado en el Diario Oficial de la Federación) establece lo siguiente: “B15 No recomendada para menores de 15 años. Informativa. La narrativa puede ser muy compleja y el contenido, al ser más explícito que el de la clasificación B, requiere cierto nivel de discernimiento y juicio. Puede contener mayor grado de horror y la violencia se puede vincular con conductas sexuales siempre que no se lleve al extremo. El erotismo y las escenas sexuales son implícitas y en un contexto no degradante o humillante. El consumo de drogas es mínimo y no se alienta. Puede contener expresiones y palabras procaces”.

Por lo anterior se hace necesario que la Dirección General de Radio, Televisión y Cinematografía corrija su criterio y clasifique como películas para adultos a todas aquellas películas en la que los actores y actrices aparecen consumiendo drogas.

Fuente de los Deseos: Ojalá la Dirección General en cumplimiento al Convenio Marco para el Control del Tabaco corrija su criterio y no permita la publicidad y promoción encubierta de cigarros en espacios con acceso a menores de edad.

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