¡Muera la corrupción! Frase que fue parte de la arenga del presidente López Obrador el pasado 15 de septiembre durante la ceremonia del “Grito de Independencia” desde el balcón principal de Palacio Nacional.

Frase que sin duda conlleva un alto grado de cinismo por parte del Presidente, ya que pretende reforzar la gran mentira de que en este gobierno morenista se combate la corrupción, cuando en realidad ocurre lo contrario: la corrupción ha venido creciendo. Esto se puede constatar en:

1.- El estudio elaborado por el World Justice Project que califica a México de la siguiente manera (1 es cero corrupción, 0 es corrupción total): en 2017-2018 obtuvimos una calificación de 0.31, lo que nos ubicó en el lugar 102 de 113 países; en 2019 obtuvimos 0.29, 117/126 países; en 2020, 0.27, 121/128 países; en 2021, 0.26, 135/139 países; en 2022 obtuvimos una calificación de 0.26, 134/140 países. Como se puede observar, la calificación del país va en descenso.

2.- Adicionalmente, el Índice de Percepción de Corrupción de Transparencia Internacional señala que México ocupó en 2022 el lugar 128 de 180 países y que ese año perdió 4 lugares.

En 2022, México seguía siendo el país peor evaluado entre los países que integran la OCDE y es el segundo peor evaluado en el G20 (grupo de las 20 economías más grandes del mundo).

3.- El centro Americas Society / Council of the Americas y Control Risk, creadores del Índice de Capacidad para Combatir la Corrupción que evalúa la eficacia de los países latinoamericanos para evitar la corrupción y que fue creado en el 2019, otorgó a México en su versión 2023 una calificación de 3.87/10, lo que nos ubicó en el lugar 12 de 15 países (Uruguay con una calificación de 6.99/10 ocupó el 1er lugar). Es de señalarse que durante los 4 años que se lleva publicando el índice, la calificación de México ha ido disminuyendo, lo que significa que cada año la corrupción crece.

4.- Hechos irrefutables como el caso de Segalmex, cuya magnitud fue más del doble que el caso de la Estafa Maestra, o el hecho de que de manera ilegal se han asignado más del 80% de los contratos de obra y adquisiciones a empresas recién creadas y fantasmas propiedad de familiares, socios y amigos de funcionarios de gobiernos morenistas, como por ejemplo la prima Felipa del Presidente.

5.- Un hecho que solo se explica desde la complicidad más ruin es el que el Presidente López Obrador no ha tocado ni mencionado al expresidente Peña Nieto, quien en su momento fue señalado por el propio López Obrador como un funcionario sumamente corrupto.

Fuente de los Deseos: Ojalá todos los mexicanos nos demos cuenta de que la realidad contradice el discurso y las arengas presidenciales y que la corrupción, lejos de “morir”, se ha fortalecido y goza de cabal salud.

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