Las campañas electorales quedaron atrás y es tiempo de mirar al futuro. Es tiempo de guardar las banderas partidistas y de enarbolar, todos juntos, vencedores y vencidos, la bandera de México. A unos, los vencedores, les toca extender la mano y a los otros, los vencidos, aceptarla dejando atrás resentimientos y prejuicios ya que solo así, unidos los mexicanos podremos construir la patria anhelada en la que todos cabemos, una patria en la que si bien las mayorías deciden estas también incluyen y respetan el sentir de las minorías.

La historia recogerá los aciertos, los errores, los abusos y la inequidad de las campañas electorales. Nuestros hijos y nuestros nietos con la objetividad que da el paso del tiempo nos juzgaran por lo que hicimos y también por lo que dejamos de hacer, serán ellos quienes con su veredicto nos darán el lugar que nos corresponda en la historia de México, serán ellos quienes decidirán si estarán orgullosos de nosotros o si por el contrario solo les causaremos vergüenza.

Dra. Sheinbaum, los retos que enfrentamos son muchos y muy complejos y para vencerlos es imprescindible que todos los mexicanos aportemos unidos lo mejor de nosotros mismos. En ese sentido considero que usted como Presidenta electa tiene ya dos opciones, la de dejar atrás el discurso que polariza y que siembra odio entre los mexicanos para pasar a un discurso que sume y que logre que todos pongamos la parte que nos corresponde para salir avantes o bien la opción de continuar con la muy dañina política que divide y polariza a los mexicanos, política que si bien es rentable electoralmente hablando, no lo es en una infinidad de aspectos, política cuyos resultados usted conoce mejor que nadie. La decisión es suya: paz, unidad y progreso o división y odio paralizante entre mexicanos.

Debo decirle que no voté por usted y que aún así y sin dudarlo un instante habré de sumarme con alegría a todas sus propuestas y acciones que considere benefician a México como por ejemplo: los programas sociales -2- que pretende implementar plasmándolos desde la Constitución, o al compromiso manifestado en su conversación con la Vicepresidente Kamala Harris en cuanto a velar por los derechos de las mujeres y el cambio climático-energías renovables, entre otros muchos y a los que me referiré en publicaciones posteriores.

También debo decirle que pienso que el que avisa no traiciona, y por lo tanto le comparto que habré de señalar y criticar con sustento y sin filias o fobias todas aquellas acciones y propuestas que me parezca lesionan el bienestar presente y futuro de los mexicanos como ocurre con la absurda propuesta de que jueces, magistrados y ministros sean electos mediante el voto popular.

Finalmente le hago llegar mis mejores deseos ya que si a la primera Presidenta de México le va bien, a todo México le irá bien.

Atentamente

Guillermo Tamborrel Suárez

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