Pareciera que la pregunta ¿democracia o dictadura? es una pregunta tonta y absurda y cuya respuesta es clara: ¡Todos preferimos vivir en un país democrático y no en una dictadura!

Desgraciadamente la realidad nos indica lo contrario. Estudiosos del tema como la Unidad de Inteligencia del diario inglés “The Economist”, la organización Freedom House, la Corporación Latinobarómetro, el Instituto V-DEM de la Universidad de Gotemburgo, Suecia, en sus informes anuales nos dicen que todos los días crece el número de personas desencantadas con su gobierno democrático y que, desconociendo las terribles consecuencias de hacerlo, están dispuestas a cambiar de gobierno y vivir bajo el yugo de un gobierno autoritario.

El “Informe sobre la Democracia 2025” del Instituto V-DEM es claro y contundente: reporta que hoy en el mundo prácticamente tres de cuatro 4 —el 72%— de las personas en el mundo viven en una autocracia. También nos señala que hoy hay más autocracias —91— que democracias —88—, y que de estas últimas 45 están en vías de convertirse en autocracias, y también nos dice que en 27 de las 45 democracias en transformación los gobiernos fueron originalmente democráticos.

Es decir, en los 27 casos referidos los regímenes fueron electos democráticamente y ya una vez en el poder, traicionando sus promesas de campaña y hasta sus principios básicos, han ido por una parte transformando la Constitución, la estructura gubernamental y las prácticas de gobierno de tal forma que han ido concentrando el poder en sus manos. Por la otra, escondidos bajo un discurso populista, han ido minando y eliminando todo aquello que les pudiera impedir la concentración de poder. Entre estas últimas acciones están enfocados en el debilitamiento de los ya de por sí deficientes partidos políticos de oposición y también de las organizaciones de la sociedad civil. En este rubro destaca el ataque sistemático a todos aquellos que piensan diferente al mencionado régimen y se atreven a decirlo. Los ataques a los medios de comunicación, mediante la denostación a sus investigadores y analistas, es una de las primeras acciones que ejecuta un régimen autoritario, ya que para alcanzar la permanencia indefinida del poder es necesario acallar a las voces disidentes.

Dicho lo anterior y teniendo presente que cuando un país es gobernado por un dictador sus habitantes padecen una larga e intensa lista de violaciones a sus derechos humanos, mucho mayor y de mayor intensidad que los habitantes que viven en países democráticos, te invito a observar cómo en México nos estamos transformando en una autocracia que sin duda desembocará en una dictadura. Observa cómo y en qué sentido se ha reformado la Constitución, cómo se acabó con la división de poderes —indispensable para cualquier democracia— al eliminar la autonomía del Poder Judicial, como pretenden acabar con el derecho de las minorías a ser representadas en el Congreso, y tantas cosas más.

Finalmente te reitero la pregunta: ¿democracia o dictadura?

Exsenador. @gtamborrelmx

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