Uno de los mayores retos que enfrenta la humanidad en la actualidad es tanto el incremento de la población al paso del tiempo como la evolución del comportamiento social hacia los grupos de edad. Con datos duros proporcionados por la Organización de las Naciones Unidas ONU, se dice que hoy día el número de seres humanos es tres veces mayor que la cifra que había en la mitad del siglo XX.
A finales del año pasado llegamos a los 8 mil millones de habitantes contra los 2 mil 500 estimados alrededor de 1950. Se estima que en la segunda mitad del presente siglo, la población mundial supere los 10 mil millones de personas.
Lo anterior obedece a tres factores: las tasas de fecundidad, el incremento de la longevidad y la migración internacional. Sin restar importancia a cada uno de ellos, quisiera compartir una reflexión particularmente sobre el incremento de la longevidad y lo que eso implica hoy y en el futuro. La esperanza de vida en 2019 estaba en 72.8 años y en 2050 se estima estará en en 77.2 años, de ahí se desprende que continuará incrementándose el número de adultos mayores en el mundo.
Por otro lado, una parte de las nuevas generaciones trae consigo otros estilos de vida en pareja, entre los cuales implica no asumir compromisos de formar y procrear una familia junto con todo lo que se deriva de la misma. También no se ven en un futuro asumiendo la responsabilidad de cuidar a los adultos mayores, y en esa tesitura, si acaso piensan en ello, ven a muy larga distancia que ellos podrían tener la posibilidad de llegar a ser ancianos.
Junto con ello, ante las circunstancias de un incremento en la brecha de desigualdad social, el alto costo que tiene en el mundo los cuidados de la salud y los servicios médicos que se requieren y se incrementan conforme la gente se hace mayor. Sin que esto sea una regla general —por la tendencia que se manifiesta en la evolución de la población—, está surgiendo una mayor necesidad de servicios dirigidos justamente al cuidado, acompañamiento y atención a lo que los adultos mayores requieren para transitar la última etapa de vida en las condiciones dignas.
Aunque el tema de los adultos mayores ha estado siempre, por fortuna también hay un sector de población que está pensando y actuando en relación a esta realidad.
Sin duda, la pandemia en los años recientes puso de manifiesto con mayor impacto esta necesidad ante las pérdidas de vidas de gente que finalmente falleció en soledad. Hay en el escenario mundial muchas causas por las que la gente lucha todos los días con vehemencia, pero en torno a lo aquí expuesto requiere de convicción, creatividad, planeación, oficios y especialización, que significan oportunidades de actividades sociales, técnicas y profesionales para que las personas mayores que no cuentan con nadie de sus afectos cercanos, puedan tener un tránsito más arropado hasta el final de sus días.
Absolutamente todos en principio vamos para allá, a pesar de que la vida ninguno la tenemos comprada con garantía de tiempo, por naturaleza, por nuestra propia evolución, habrá cada día un mayor número de personas mayores que anhela vivir su última etapa de vida con calidad y calidez. Habrá que prepararse también en este Querétaro nuevo que deseamos conservar.