Los objetos y las cosas suelen contar sus propias historias. No solamente aquellos objetos antiguos que logran permanecer por alguna razón en el seno de las familias, sino también cuando reinician recorrido y cambian de manos o terminan en espacios públicos perteneciendo a todos en general y a nadie en particular. Muchos de ellos llegan por circunstancias inesperadas, pero consiguen incidir en la emoción de la gente. Algunos otros suelen perdurar enterrados en lugares o en el tiempo, alejados del contacto con los seres vivos hasta que son descubiertos de nuevo para sorprendernos.
Particularmente, hay algunas cosas que tan sólo suelen cubrir su propósito en un tiempo muy breve y se desechan hasta que terminan finalmente en el olvido. Sin embargo, como es el caso de esta imagen que reúne una serie de tablas que con toda certeza dieron forma a cajas de vino, mismas que arroparon algún tiempo botellas que finalmente fueron objeto de convivencia y disfrute de gente al beber su contenido. Cuando pude verles decorando la pared de un delicioso rincón de un restaurante, no pude evitar intentar imaginar las tantas otras historias que construyeron algunas de las personas que las degustaron y la manera como tuvieron o no, que ver cambiar algo en la vida de esa gente. Acuerdos, desacuerdos, amores, adioses, sonrisas y más de todo eso que suele ocurrir frente a una botella de vino, especialmente en un mes como el del amor y la mistad, también en este Querétaro nuevo que deseamos conservar.
Twitter: @GerardoProal