Siendo jóvenes, solemos creer que la vida es como una vía de tren, clara y segura de tener un rumbo fijo determinado. Como si la certeza fuera una compañera de viaje y ella andará con nosotros para asegurarnos que las cosas serán como lo deseamos. Cada día podría ser como un durmiente que dejamos atrás, tal cual lo conocimos al inicio del mismo. Pero más aún, nos sentimos en ocasiones con la fuerza de un ferrocarril que avanza sin que nadie pueda detenernos, hasta que es precisamente la vida, en algunos de los tantos eventos, la que nos despierta a una realidad absolutamente diferente. Más no todo es entonces un caos, pues los sueños y los propósitos que van acompañados de la perseverancia y la disciplina, son en realidad el equivalente a esa vía de tren y nos podrán guiar necesariamente hacia un buen destino, aunque no precisamente el que soñamos.
Sin embargo, aún con la claridad de esa vía, hay quiebres de vida y el camino toma un rumbo distinto, incierto e impreciso. Es inevitable, por nuestra propia naturaleza nos enfrentamos a desafíos y retos propiciados por las circunstancias de un entorno cercano o tan lejano como suele ocurrir hoy día en este mundo tan cambiante, que solo por que lo vemos, lo creemos. Pero el camino ahí está, e inclusive las señales no atinamos a verlas con claridad, en ocasiones son claras si las vemos desde otra perspectiva. Por ello, habrá tiempos que no estaremos en algún tren, sino transitándola paso paso, un día a la vez, será un tránsito distinto, pero hay la certidumbre de que, si mantenemos el paso, llegaremos a una nueva estación en el recorrido de la vida.
Les comparto esta fotografía de una curva en la vía, como una metáfora de lo que les escribo. Las señales vendrán, pero aún no las podemos descifrar por que se muestran más adelante, parece que entraremos a una zona donde la vegetación, que acompaña la incertidumbre, estará con nosotros un buen trecho, sin la certeza de saber qué nos depara más adelante, pero la vía es la claridad de estar aquí y ahora enfrentando los nuevos desafíos que nos depara este tiempo, que jamás se detiene, incluso en este Querétaro nuevo que deseamos conservar.