Gerardo Proal de la Isla

Hasta luego

Les comparto la fotografía de lo que considero un saludo de hasta luego de una yubarta, que en el mar de Cortés cuida y protege a su cría

Hace un poco más de once años, recibí una invitación para escribir una colaboración semanal en este magnífico diario EL UNIVERSAL Querétaro, escribiendo esta columna que ha mantenido su nombre desde entonces y me ha permitido encontrar en las letras y en la fotografía, una manera de comunicar mi opinión y análisis sobre innumerables temas que tienen que ver con nuestra ciudad, con la naturaleza y la conservación, con la economía y con muchos otros más. Son ya más de seiscientas publicaciones que siempre tuvieron el propósito de sumar y de compartir puntos de vista positivos sobre nuestra vida cotidiana, sobre lugares del mundo y en especial sobre nuestra entidad y su ciudad capital.

Hoy he tomado la decisión personal de hacer un alto en el camino y concluir un ciclo que mucho me ha honrado y que me ha brindado un enorme aprendizaje sobre escribir para los demás. Deseo agradecer profundamente a los directivos y colaboradores del periódico por su apoyo y por permitirme estar aquí todo este tiempo. De igual manera mi gratitud a quienes se han tomado el tiempo de leer esta publicación.

Me despido hablando de uno de los seres vivos más interesantes que comparten este planeta con nosotros desde el océano y son las ballenas. Destacan no solo por encontrar entre los de su especie el mamífero de mayor tamaño que se conoce hoy día, la ballena azul, todo un peso completo que alcanza las doscientas toneladas y más de treinta metros de largo. Para nosotros es más común ver a las ballenas jorobadas o yubartas en sus viajes de migración hacia aguas templadas para tener a sus crías. Viajan más de veinticinco mil kilómetros en muchas regiones del mundo, incluido México. Es todo un espectáculo verlas saltar y no deja de impresionarnos su enorme capacidad de comunicación mediante cantos y sonidos que se desplazan en enormes distancias al interior del océano.

Aquí, les comparto la fotografía de lo que considero un saludo de hasta luego, de una yubarta que en el mar de Cortés cuida y protege a su cría. Hago lo propio, desde este Querétaro nuevo que deseamos conservar.

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