Gerardo Proal de la Isla

El único recurso equitativo

Sería maravilloso que desde jóvenes tuviéramos la oportunidad de aprender más sobre el uso del tiempo y cómo aprovecharlo mientras lo tengamos a mano

20/10/2022 |07:58Gerardo Proal de la Isla |
Redacción Querétaro
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Hablar de “recursos” en general, es siempre un tema que puede llegar a ser controversial, ya que las personas tienen sus propios conceptos del término como tal y lo aplican de múltiples maneras, según cada quien y cada cual. Suele referirse en la mayoría de los casos al dinero, cuando hablamos de una persona de recursos.

Sin embargo, también cuando hablamos de las habilidades, talentos y dones de la gente para llevar a cabo alguna actividad o brillar ante los demás con el dominio de un tema en particular. Son recursos todo aquello que nos permite encontrar la manera de vivir y satisfacer las múltiples necesidades que cada quien establece en sus prioridades o de lo que nos ayuda a transformar materiales en bienes de consumo. La realidad es que los recursos y su importancia son distintos para cada familia o inclusive para cada miembro de la misma.

Solamente hay un solo recurso, exclusivamente uno, aquel que se reparte en los mismos términos mientras tenemos la oportunidad de vivir y es el Tiempo. Cada segundo, minuto, hora y día, se nos presenta con una puntual equidad para cada ser humano desde el origen de la humanidad.

El problema es que hacemos uso del mismo de manera única y personal. Ocurre desde que nacemos y hasta que morimos, es inexorable, sin concedernos la más mínima concesión o tregua, desde la infancia y hasta la vejez si acaso llegamos a ella.

Cuando uno es pequeño, tenemos la enorme suerte de no entender y dimensionarlo, por lo que ni siquiera nos ocupamos de él. Cuando se es  joven nos acompaña con la energía de gastarlo pensando en días de escuela o trabajo y los de descanso y esparcimiento. Cuando ya somos mayores, entendemos su dimensión y nos damos cuenta de la manera como transcurre y se nos va de las manos tratando de aprovecharlo dedicándonos a aquello que nos permita acceder a los otros recursos para subsistir.

Cuando rebasas las cinco décadas de vida, te das cuenta de la velocidad con que comienza a irse mientras intentas aún hacer algunos planes para ese tiempo que viene. Después de las seis décadas, queremos verlo de frente, pero lo hacemos en un espejo en el que vemos, no el futuro, sino el pasado, y solemos con mayor frecuencia recordar lo que hemos realizado y aquello que dejamos atrás. Más adelante, cuando superamos las siete décadas, es entonces que se convierte en un verdadero tesoro del que ya no hay manera de hacer grandes planes, sino disfrutarlo día a día.

Estos años recientes nos han enseñado a muchos, independientemente de la edad, a mirar el tiempo de otra manera y a darle otro sentido a nuestros recursos y propósitos, en especial cuando las circunstancias han sido más desfavorables para una gran mayoría. Creo que sería maravilloso que desde jóvenes, tuviéramos la oportunidad de aprender un poco más sobre el uso de este recurso único y la manera de aprovecharlo mientras lo tengamos a mano. En ciudades que crecen todos los días, estamos obligados a gastarlo de manera diferente, ya que ir y venir de uno a otro lado nos hace consumirlo a igual que los dispositivos móviles que lo devoran sin que nos enteremos. Aprovechemos el tiempo estando conscientes que es lo único que nos hace realmente iguales a los seres humanos en este mundo y en este Querétaro nuevo que deseamos conservar.

@GerardoProal

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