Gerardo Proal de la Isla

Días de reflexión

29/12/2022 |09:39Gerardo Proal de la Isla |
Redacción Querétaro
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Una vez más, con toda la precisión y puntualidad de Cronos, es inminente el final de otro año más que se suma a la historia de la humanidad en conjunto y en lo particular a la vida de cada uno de nosotros. Conforme vamos creciendo, haciéndonos mayores y acumulando fines de año en nuestro personal haber, solemos darle mayor relevancia al análisis y reflexión sobre el balance de todo lo ocurrido que, de una u otra suerte, nos llega a afectar de manera directa o indirecta.

La edad nos obliga a revisar cada vez las ganancias y las pérdidas. De éstas, las partidas de personas a quienes queremos o hemos conocido y cuya ausencia comienza a hacer mella desde el momento que ocurre hasta transformarse entonces en recuerdos que navegan entre el dolor y la feliz añoranza; también cuánto se tiene y logró hacer y darnos cuenta lo que en realidad es prioritario para cada quien.

En contraparte, vemos como la vida nos regala la enorme dicha de ver llegar a nosotros nuevos afectos y amores repletos de sonrisas y emociones, en especial aquellos que han nacido o están en sus primeros años y que se suman a nuestra familia como nuevas fuentes de luz que iluminan también el camino que vamos recorriendo juntos.

Para los adultos jóvenes, en su mayoría, la historia es diferente, debido a que aún se vis- lumbra un futuro mucho más amplio e inclusive lejano, y el final de año es tan solo un motivo de celebración y ajuste de planes, así como un espacio para compartir con la familia o con los amigos, al tiempo de elaborar una nueva lista de propósitos, cuyo logro dependerá más de la voluntad personal, que de las propias circunstancias en un entorno que se vislumbra como un paquete de retos a vencer, uno por uno, para avanzar hacia nuevos éxitos. Más aún, para los más jóvenes, es apenas sólo una noche más que transcurre como tantas otras sin que tenga mayor significado y trascendencia, ya que pareciera que en esa etapa lo que sobra es el tiempo.

La realidad es que este año que está por concluir, le cederá su tiempo a otro, que hasta este momento se vislumbra más complejo por todo aquello que tiene que ver con el entorno económico, político y social. Es entonces que cobra mayor importancia aquello que depende directamente de nuestras decisiones personales, de nuestros nuevos propósitos y de nuestra actitud para hacer frente a un nuevo ciclo que más delante será referencia como lo han sido cada uno de los años que cada quien hemos vivido.

La reflexión y el análisis personal se convierten en una importante fortaleza para mantener viva la esperanza desde donde podemos romper aquellos paradigmas que nos impiden ver nuestro panorama personal desde una óptica distinta y mejor. De igual manera, nos ayudan a valorar el tiempo que tenemos aún para vivir, con mayor claridad y certeza de nuestras creencias, convicciones y expectativas para que el balance sea positivo en lo que esté a nuestro alcance hacer por nosotros y por los demás a lo largo del año que vendrá.

Los buenos deseos serán posibilidades y oportunidades que pasarán a una velocidad mayor que el mismo tiempo, pero que podremos seguramente hacer nuestras algunas.

Que la reflexión de estos días rinda sus frutos en 2023 que también recibirá este Querétaro nuevo que deseamos conservar.

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