La gente solemos ver las cosas desde múltiples, diversas y en ocasiones radicalmente diferentes perspectivas. Y es que hoy día son mucho más las creencias que las generaciones jóvenes tienen en relación a aquellas que tenemos quienes formamos parte de los adultos mayores. Demasiadas ideas, al tiempo polariza mucho más los debates y confrontaciones que se realizan cotidianamente en las arenas y rings de las redes sociales y de los variados medios donde confluyen grupos, que en búsqueda o manejo de información se convierten fácilmente en un terreno de discusión estéril en esos hilos interconectados, ya no solo en una localidad, sino a los largo y ancho de los lugares donde habitan sus integrantes y allende fronteras. Esto tiene lógica en la medida que procesamos una abrumadora cantidad de información, de la cual, mucha gente no tiene la precaución de analizar, verificar y confirmar fuentes confiables. Es ahí donde radica hoy el reto de dimensionar y estar atentos a lo que nuestros menores absorben como esponjas en ese mar de información de todo tipo.
La diferencia de ideas es tan antigua como la propia humanidad, pero se dan en un marco mucho más específico de usos y costumbres, condiciones sociales y económicas que marcan estilos particulares de expresión y comunicación que escuchándolas desde niños, van estableciendo una determinada perspectiva que suele fortalecerse cuando llega la vida adulta y que en la gran mayoría de los casos se asumen como verdades absolutas.
Para citar un ejemplo, preguntaría tomando como referencia la imagen que les comparto, ¿qué es más cercano a la belleza, la naturaleza o la arquitectura expresada por la mano del ser humano? Esas flores compiten con la hermosa fachada parisina y la primera respuesta sería depende de dónde miramos, ya que si estamos en el lugar que alberga dicha fachada suena lógica la respuesta, pero si estamos en el centro del jardín que les da vida, entonces otra podría ser la respuesta. Para mí, me facilita muchos las cosas mirar a través de una cámara fotográfica, ya que pone lo observado en un mismo plano y las hace simplemente complementarias en una expresión de la belleza.
Ojalá pudiéramos ver algunas ideas desde la perspectiva de una fotografía, sin aferrarnos tanto a nuestras creencias personales y colocarlas en un contexto de buenos propósitos generales, para que se transformen en soluciones a los múltiples problemas de la actualidad, que también los conoce este Querétaro nuevo que deseamos conservar.