Escudriñando entre mi acervo fotográfico, me reencontré con una imagen que formó parte de una exposición titulada “Belleza entre espinas” y que fue una serie de fotografías y textos que resultaron una alegoría entre la flora y la vida de los seres humanos. Me agrada en especial esta porque me remite a la infancia, a esa magia que afortunadamente es natural en la mayoría de los pequeños que son arropados con el cuidado y el amor de una familia.  Me refiero a esa corta etapa de la vida, cuando la fantasía y la inocencia prevalecen sobre la realidad, resultando maravillosa porque  da rienda suelta a la imaginación que nunca conoce límite alguno.

Así esta fotografía es la alegoría de la belleza de una noche plagada de estrellas brillantes y de mundos lejanos mientras por otro lado, la implacable realidad, que poco a poco descubren los niños y que desafortunadamente hoy día se les presenta de golpe a muchos de ellos, nos lleva a observar una pléyade de cactus cubiertos de espinas y de potenciales experiencias de dolor.

Así, continuando con la alegoría de espinas y estrellas, pudiera aplicarla a nuestra ciudad, que antaño ofrecía un entorno urbano, digamos más inocente, como si fuera una noche estrellada mientras que en la actualidad, muestra las espinas de una realidad muy distinta. Aunque después de todo, mi conclusión es que ahora nuestra ciudad, hoy al igual que los cactus, utilizan las espinas como defensa y como un medio para poder subsistir en los climas extremos, conservando y administrando el agua, sin la cual la vida no sería posible y además como conclusión, reboza de vida y con ella las oportunidades de bien, para quienes quieren encontrarlas en este Querétaro nuevo que deseamos conservar.

De espinas y estrellas
De espinas y estrellas

Twitter: @GerardoProal

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