Gerardo Proal de la Isla

Arte, queso y vino

16/03/2016 |08:38Gerardo Proal de la Isla |
Redacción Querétaro
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Recién se llevó a cabo una interesante convocatoria a muchos artistas queretanos por parte de las autoridades estatales, tanto de cultura como de turismo, para participar en lo que será una exposición itinerante que pretende fortalecer la vocación turística de nuestro estado, aprovechar el desarrollo y crecimiento de las industrias vitivinícola y productora de quesos, permitiendo estrechar vínculos de dichas actividades con el arte en nuestra región.

En el brindis, que sirvió de marco para presentar dicho proyecto, estuvieron presentes, además de las autoridades, empresarios, tanto del sector turístico como hotelero y un importante número de artistas plásticos, lo que permitió una convivencia en la que se intercambiaron muchos puntos de vista alrededor de estas actividades. Uno de los comentarios vertido es interesante, en la medida que reconoce que no a todos los que les gusta el vino, les gusta el arte, pero sí a todos los que les gusta el arte, les gusta el buen vino. Eso me hace pensar en la importancia que para el limitado mercado del arte significa el estar presente en las diversas productoras de vino que poco a poco, al paso de tiempo con paciencia, han logrado transformar de nuevo una región en los municipios de Tequisquiapan, Ezequiel Montes y Cadereyta para ofrecer vino de mesa de excelente calidad.

A lo largo de varios años, he compartido con muchas personas el reto de incrementar en nuestra comunidad el gusto y la apreciación por el arte, particularmente por la pintura, la escultura y también por la fotografía. Considero, insistiendo en el tema, que el estado y  su ciudad capital, deben crecer y fortalecerse como un destino cultural y de manera complementaria definir y aplicar modelos de negocio que permitan que el arte sea una actividad productiva, de inversión y sobre todo, al alcance de muchas más personas. Para ello, es verdaderamente importante que las personas se regalen la oportunidad de colocarse frente a una obra y antes de pensar sobre lo que ven, abran la puerta a sus emociones. Podrán sentir gusto, disgusto, nostalgia, alegría, etcétera, atreverse a expresar esa  emoción e iniciar una aventura a través de las diversas expresiones para descubrir que el arte no solamente mueve los sentidos, sino de una manera más profunda nos permite enriquecer el espíritu.

Sin lugar a dudas, la formación de artistas plásticos es parte fundamental de todo el proceso y con optimismo nos enteramos que cada día hay más espacios comprometidos con los jóvenes para encontrar talentos y propiciar que su proceso de crecimiento técnico y creativo se lleve a cabo en un tiempo menor al que requeriría hacerlo por medios estrictamente propios. Los artistas van dejando, aún sin una intención personal de hacerlo, un testimonio de su tiempo, que es nuestro tiempo. Así es como se recorre otro camino para construir la historia y la cultura de un pueblo, misma que es y será reconocida a través de sus diversas expresiones artísticas.

Resulta trascendente que cada día los creadores de arte cuenten con más muros y espacios para exhibir su trabajo y con ello ampliar los públicos que lo aprecien y valoren, ya que no se puede consolidar un círculo virtuoso sin que las obras sean, no solo admiradas, sino finalmente adquiridas por la gente. Por supuesto que la oferta debe ser también amplia y con diversidad de precios, ya que tradicionalmente se identifica el arte como algo muy caro y no estrictamente necesario. Es también muy importante ofrecer aquel que esté al alcance de muchos más bolsillos.  Así, como hay productos vitivinícolas que logran una buena relación entre el precio y la calidad, también debe haber obra de arte que reúna dichas características y sea una buena opción para quien la adquiere.

Por eso debe haber una visión más allá del propio ámbito del sector cultural y artístico en México y en nuestra patria chica.  Es muy valioso lo que se pretende llevar a cabo con los vitivinicultores y con los productores de queso junto con los prestadores de servicios turísticos. Hay que involucrar cada día más empresas y personas que no estén vinculadas para ampliar y proyectar las sinergia que generan beneficios mutuos.  Felicidades por este importante paso de vincular el queso y el vino con el arte, permitirá engalanar y enriquecer los bellos paisajes que nos brindan los viñedos y las mesas donde se deguste y se disfrute la charla y la convivencia, generando también derrama económica de los visitantes que se lleven de regreso a sus casas, un buen vino y un excelente queso, acompañados de una obra de arte que perdurará en el tiempo y les recordará mucho de lo bueno que caracteriza a este Querétaro nuevo que deseamos conservar.