Los amaneceres no siempre son un inicio, pueden a su vez ser el final de algo, por ejemplo de la oscuridad, ese momento previo a la salida del sol en el horizonte del oriente donde aplica el dicho que reza “La buena suerte se reparte temprano”, y tiene mucho de cierto, pues quien inicia el día antes del amanecer, adquiere algunas horas que son un verdadero tesoro en lo que aprovechar el tiempo se refiere. Más aún en la actualidad que la dinámica cotidiana comienza con el encendido del teléfono o dispositivos cuando los tomamos en nuestras manos para introducirnos en una vorágine de información y actividades digitales que se convierten, desde ese momento y a lo largo del día, en un monstruo distractor que devora sin pudor alguno el tiempo que tenemos disponible. Madrugar es un buen hábito que tiene su costo y demanda también esfuerzo para convertirse en tal. Las horas previas a la salida del sol adquieren un valor adicional, ya que nos ayuda a evitar esos momentos que nos impiden concentrar como es debido, en la realización de tareas importantes, ya sea en materia laboral, cuidado personal o cultivar el desarrollo de virtudes y talentos que nos ayudan a superar los tantos desafíos que nos presenta el mundo hoy día. Quienes somos mayores, sabemos valorar la ausencia de distractores y lo que significa concentrarse en lo que hagamos para fortalecer tanto el cuerpo como la mente y el espíritu, aún cuando por la edad comenzamos a acusar la disminución de facultades.
Las ciudades que se despiertan más temprano, saben la importancia de contar con un tiempo especial para marcar la diferencia en su quehacer cotidiano, especialmente el de la gente que en verdad madruga. El silencio de un par de horas antes de amanecer es algo que se pierde de inmediato cuando el sol aparece y el reloj avanza para llegar a los horarios donde la gran mayoría de la gente comienza sus actividades del día, pero quienes las aprovechan, ponen en manifiesto la importancia del trabajo, del crecimiento y del desarrollo de una ciudad que en el amanecer nos muestra, como en la fotografía que comparto, que algo nuevo se irá construyendo en favor de su gente, como ocurre en este Querétaro nuevo que deseamos conservar.