Francisco Flores

Opinión. La guerra interna que vive Morena en Querétaro

En Morena ya sienten que ganaron la elección del 2027. Eso se llama soberbia

Foto: Archivo El Universal

Morena es como un vehículo poderoso, potente y veloz, al que todos quieren subirse, eso sucede en todo el país, en donde gobierna 24 estados junto con sus aliados: PVEM y PT.

En Querétaro, en donde es oposición, también es un auto que atrae el apetito de quienes quieren ganar un puesto de elección popular.

En esta entidad, Morena gobierna cuatro de los 18 municipios y cuenta con 10 diputados en el Congreso local, además con dos más afines a su movimiento. Uno de ellos, Ulises Gómez de la Rosa, quien se declaró independiente, y la petista Claudia Díaz Gayou.

El partido guinda tiene un potencial importante, producto de su último desempeño electoral a nivel local, mismo que se fortalece por su triunfo en la Presidencia de la República, con Claudia Sheinbaum y su aplanadora legislativa tanto en el Senado como en San Lázaro. Pero su problema es la falta de unidad por la guerra interna que ya se vive a nivel local.

Con el antecedente mencionado, en Morena ya sienten que ganaron la elección del 2027, pese a que todavía no salen a competir. Eso se llama soberbia.

Primero, Morena tiene que librar sus procesos internos en donde deberá designar a su candidata o candidato a la gubernatura y lo mismo tendrá que hacer en las 18 alcaldías y para el Congreso local y diputaciones federales.

Para la gubernatura, considerada la joya de la corona en el siguiente proceso electoral, Morena tiene una gran cantidad de tiradores, quienes en su mayoría han desarrollado un gran encono entre ellos, situación por la cual se ve casi imposible una reconciliación al interior.

Santiago Nieto Castillo, director del Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) y extitular de la poderosa Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) del gobierno federal, se le ve punteando todas las encuestas que se han publicado, pero lejano a otros aspirantes, como es el caso de Gilberto Herrera. Eso quedó más que evidente en el proceso electoral anterior en donde no hicieron campaña juntos, pese a que ambos se necesitaban.

Por tamaño político, Santiago debería ser el candidato de Morena a la gubernatura en 2027, aunque otros aspirantes no opinan lo mismo, como es el caso de Luis Humberto Fernández, quien además de ser acérrimo adversario de Gilberto, también camina con la bandera de ser amigo personal de la presidenta Claudia Sheinbaum.

Gilberto Herrera, exrector de la UAQ, aspirante declarado por el 2027, trae sus alianzas con los grupos más duros del morenismo, pero eso no le garantiza que le darán la candidatura, pues hace seis años se le veía como el aspirante más viable, pero al final lo hicieron a un lado para darle la candidatura a Celia Maya.

También quiere Ricardo Astudillo abanderar una alianza con la 4T, pero dentro de Morena sus adversarios lo acusan de haber traicionado a este movimiento para entregar a nivel local al PVEM al gobierno panista de Mauricio Kuri.

Otros aspirantes con visión de generales y no de soldados para sumarse al trabajo de talacha partidista son la senadora Beatriz Robles, y el excandidato a la alcaldía capitalina, José María Chema Tapia.

A dos años de las elecciones, Morena se ve como un auto potente, pero con posibles pilotos todos confrontados entre sí. Sin unidad, este partido tiene enfrente serios nubarrones.

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