Además de lo cerrada que será la elección de gobernador en 2027, se ve también un posible escenario en donde se aparezca el fantasma del conflicto postelectoral.
Recordemos que esta será la tercera ocasión que participe Morena en una elección para la gubernatura. En las dos ocasiones anteriores llevó como candidata a Celia Maya García, quien recientemente fue electa como presidenta magistrada del Tribunal de Disciplina Judicial (TDJ), órgano que en la reforma judicial sustituye al Consejo de la Judicatura Federal.
En 2015, Celia Maya se situó en un lejano tercer lugar con 35 mil 852 votos; mientras que la alianza PRI-PVEM, PT-Nueva Alianza, con su abanderado Roberto Loyola, alcanzó 259 mil 271 sufragios. El PAN, cuyo candidato fue Francisco Domínguez Servién, ganó con 305 mil 385 votos.
Con los resultados mencionados, Morena en 2015 no tuvo discurso para llevar la elección a tribunales. No tenía los números para alegar fraude.
En 2021, nuevamente con Celia como candidata, Morena alcanzó 24% de la votación total. Quedó en segundo lugar, pero muy lejana del ganador: Mauricio Kuri logró el 54% de los sufragios.
Por la cifra referida, tampoco le daba a Morena en 2021 un soporte para tirar la elección o ganarla en tribunales. La diferencia fue de 30 puntos, es decir, del doble de lo que tuvo el partido guinda.
Pese a la abrumadora diferencia en favor del candidato panista, Morena y su candidata Celia Maya nunca reconocieron públicamente el triunfo de Mauricio Kuri, al contrario, impugnaron la elección en tribunales, pero el asunto no caminó por la clara diferencia que hubo en votos.
Celia demostró en 2021 que no sabe perder, pues nunca reconoció su derrota frente a Mauricio Kuri, quien es reconocido como ganador en su momento por Andrés Manuel López Obrador, lo que hace que Morena estatal se quedé sin argumentos para alargar un conflicto postelectoral.
En este ADN que ha mostrado el partido guinda de no reconocer el resultado cuando pierde, está lo que sucedió en 2024 con el candidato de Morena y sus aliados a la alcaldía capitalina, José María Chema Tapia, quien pierde por casi 10 puntos frente al panista Felipe Fernando Felifer Macías. Para seguir con la lógica, el morenista impugnó sin éxito y no reconoció el triunfo del panista.
Para 2027, donde Morena y sus aliados gobiernan el país por segundo periodo consecutivo y también 24 estados, hace que las expectativas de este partido los pongan con reales posibilidades de quitarle Querétaro al PAN, que ha ganado cuatro de las últimas cinco elecciones de gobernador.
Hoy todas las encuestas publicadas, algunas con márgenes pequeños y otras con diferencias considerables de más de 10 puntos, señalan al PAN como posible ganador en el 2027.
En una contienda electoral, como en cualquier competencia, los participantes tienen probabilidades de ganar o perder.
Para ser un buen ganador también hay que saber perder. Eso es parte de una cultura democrática.
En las elecciones pasadas, Morena participó y quedó en segundo lugar, pero no tuvo la categoría de alzar la mano del partido ganador.
Hoy las encuestas dan una fotografía de cómo están los contendientes en esta competencia, pero eso no indica que los resultados de la elección de 2027 ya están definidos
Por eso, el reto para Acción Nacional no sólo es mantener su ventaja, tal como lo dicen las encuestas, sino también ganar y hacerlo con una amplia ventaja, porque de lo contrario se le vendrán posibles conflictos postelectorales que le darán pocos márgenes de gobernabilidad.
En cambio, si en la elección de 2027, Morena gana, por el margen que sea, se vislumbra que no tendrá problemas para que le reconozcan el triunfo, debido a que tendrá el cobijo de todo el aparato gubernamental federal que proviene del mismo partido en donde la competencia interna por ganar la candidatura será cruel y despiadada.
X: @flopa13