En el mundo de la panadería se le conoce como “pan de piedra” a la pieza que nace del resto de otros panes que al final de su mezcla termina en un pan similar a una roca, pues la refundación del Partido Acción Nacional pudiera ser descrita desde diversas ópticas, pero sin duda la descripción mencionada, engloba esta supuesta nueva etapa del partido blanquiazul que se compone del resto de lo que alguna vez fue un partido de oposición, con la mano de la industria privada y con uno que otro distraído que aún cree en lo que el panismo representa, al final el PAN es solo un partido político como muchos otros, pero su esencia es igual de inerte que una piedra. Su imagen institucional se modificó con la finalidad de reducir el azul de su logo, cambió su tipografía por una con mayor inclinación hacia la derecha desde la vista del espectador, aunque para serle franco, este nuevo luego me recuerda la campaña del “Sí” que buscaba darle permanencia en el poder al dictador chileno Augusto Pinochet, nada que sorprenda, al final la doctrina del PAN tiene una extrema cercanía con la ultraderecha y los gobiernos que ha tenido en Latinoamérica. El evento encabezado por Jorge Romero deja más dudas que claridad para la militancia azul, habla de una renovación donde las alianzas partidistas no están en la mira, aunque la razón de sus contados triunfos de 2018 a la fecha han sido producto de cargar a cuestas con Movimiento Ciudadano, el extinto PRD y los escombros del PRI, si no fuera por esas coaliciones la presencia de Acción Nacional sería todavía menor en ambas cámaras y en las entidades que aún gobierna.

La reducción del PAN a las migajas que hoy son, se debe a que al igual que en el presente, desde hace años los azules con encargo público se dedicaron a acumular riqueza a costa del erario, su nivel de enriquecimiento fue acelerado durante los 12 años que estuvieron al frente del país y su indolencia dido y las pocas que aún conservan fue enorme, siempre pensando que el pueblo no se daría cuenta que para los únicos que gobiernan y han gobernado son para un puñado de políticos y empresarios que vieron la nación como un botín que podían saquear y repartirse a contentillo. ¿Cómo se puede confiar en que el PAN está renovado si su dirigente y cercanos son los mismos que fundaron el cartel inmobiliario en la alcaldía Benito Juárez y Miguel Hidalgo? Si, esos mismos que cuando se encontraban en el poder les solicitaban a constructores pagos con inmuebles a cambio de darles permisos de construcción en zonas donde no cumplían los requisitos, cómo confiar en el “nuevo” PAN si su lema es “Patria, familia y libertad” ¿acaso no les suena como un promocional de la Alemania Nazi, de un evento encabezado por Milei o un discurso de la fascista italiana Georgia Meloni? Me pregunto a que se refieren con familia, porque históricamente el partido Acción Nacional ha defendido lo que para ellos es la “familia tradicional” invisibilizando la pluralidad que existe en cuanto a modelos de familia en la sociedad y bloqueando el avance de la lucha por los derechos de las diversidades, ¿patria?, qué pensará Ricardo Anaya, el verdadero titiritero del PAN cuando escucha en voz del dirigente que él impuso hablar de la patria como pilar de su partido, si cuando fue legislador se dio a la tarea de convencer a su bancada para darle un puñalada por la espalda a la patria que hoy dicen defender, por último libertad, será que se refieren a la libertad que personajes como Anaya anhelan tener cuando el fuero se les agote.

Esta reinvención del partido azul es estéril, pero su ambición por el poder es real, esa no la han perdido, durante dos sexenios probaron las mieles del poder y harán hasta lo imposible para ser competitivos a nivel nacional o de menos conservar lo que hoy tienen, este apetito voraz se ve representado en los panistas queretanos, esos que mandan a sus amigos y lacayos a que se inscriban en Movimiento Ciudadano para que sus tentáculos estén en otros partidos, los mismos que atacan a la presidenta Claudia Sheinbaum pero cuando la tienen de frente se vuelven dóciles, sumisos y hasta foto le piden y claro, aquellos que en Querétaro han emulado la mafia del cartel inmobiliario que ha defraudado a centenas de familias en la entidad. Acción Nacional representa y seguirá representando lo peor de la clase política, son corruptos, egoístas, traidores y ruines, su ambición desmedida les hace actuar desde la desesperación característica de un delincuente al sentirse acorralado. Tiempo al tiempo, el renacimiento Panista no avanzará siempre y cuando el partido en el poder logre filtrar aquello que no le sirve a la sociedad, ponga medidas más estrictas para aceptar candidaturas externas e internas y sobre todo no se aleje ni un centímetro de la esencia del movimiento que hizo ganar en 2018 a López Obrador.

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