El eslogan favorito de la actual dirigencia de Morena ha sido aquel que invita a la unidad y a la movilización. El pasado proceso electoral fue el discurso que se dio una y otra vez, y por lo menos en Querétaro no tuvo el impacto esperado, muestra de ello fue la catástrofe que significó la elección y los descalabros en el 99% de los espacios que se compitieron. Este antecedente nos debe llevar a un análisis profundo sobre el pregón que invita a cerrar filas a toda costa, y es que es inevitable pensar en los perfiles que hoy en día se pasean con un chaleco guinda presumiendo sus afinidades con el movimiento, sus cercanías con personajes en la Ciudad de México y en algunos casos asegurando que ya tienen la candidatura en la bolsa, tal es la desesperación de algunos que cuando ven que el usar ropa color vino y hacer una señal con la mano no le está funcionando, van corriendo a buscar el cobijo de partidos aliados como es el caso del Verde, esto con la esperanza de que en la coalición le sea más sencillo lograr sus objetivos en un corto y mediano plazo.

Desafortunadamente para Querétaro la cantidad de oportunistas que hoy en día tocan la puerta del partido es preocupante, ahora cualquier aventurado se anima a decir que cuenta con estructura, trayectoria e incluso financiamiento para competir por algún cargo de representación popular. El pasado nos ha demostrado que creer a ciegas en lo que dicen personajes de origen dudoso, carisma simulado y trabajo desconocido, da poca certeza a la ciudadanía que confía en lo que representa Morena, si no me creen habría que hacer una consulta entre la militancia y preguntar qué tan representados se han sentido por aquellos que han ocupado una curul desde aquel no tan lejano 2015, actualmente hemos llegado a un grado de incredulidad al observar cómo votan las y los diputados de la bancada morenista en Querétaro , siempre con un guiño al poder estatal, estos mismos legisladores se afiliaron al partido hace 5 minutos y hoy después de un corto periodo consideran que merecen seguir en los espacios de representación, por mero capricho, sin trabajo alguno que los respalde.

Muestra de lo camaleónicos que pueden llegar a ser los obsesionados con el poder fue el evento de Claudia Sheinbaum, donde pudimos ver de todo , desde los que hace unas semanas coreaban que se requiera continuidad pero con cambio, hasta los exmilitantes de partidos que se han dedicado a saquear la nación, todos con una sonrisa en rostro esperando sacarse la mejor fotografía para publicarla en sus redes, sin entender de qué va el proyecto alternativo de nación y recordando aquellos ayeres donde atacaban al hoy Presidente y a todos aquellos que desde hace más de dos décadas lo hemos acompañado. Lo único rescatable del encuentro en El Marqués fue la emoción que se vivía fuera del recinto, donde había más gente que adentro y cuyos ánimos contagiaron a Claudia, al interior la militancia verdadera demostró de qué está hecha, sumado a esto fue esperanzador ver a la Dra. Blanca Gutiérrez, al Dr. Yunny Meas, César Pérez y algunos personajes más que con su sola presencia dignificaron un evento plagado de oportunistas.

La unidad es necesaria para ganar en 2024, siempre que se construya alrededor de un proyecto o perfil que represente los valores de un movimiento que transformó la vida pública de México.

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