Fernando Islas

No nos robarán la utopía

El pasado martes 20 de mayo nuestro país amaneció con una noticia que duele en el pecho, que nos enmudece parcialmente y nos deja una amarga sensación en la garganta ante la impotencia y rabia que genera la injusticia. El cobarde asesinato de Ximena Guzmán, Secretaria Particular de la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México y de José Muñoz, asesor del gobierno capitalino, es de esos actos que nos duelen profundamente como sociedad, en especial para aquellos que al igual que las víctimas hemos buscado transformar la realidad nacional desde las calles, el trabajo a ras de suelo, construyendo desde abajo, con los de abajo para que la dignidad se haga costumbre. Este atentado que le quita la vida a dos funcionarios de la CDMX es un acto de agresión directa contra Clara Brugada, gobernante de la Ciudad que representa el bastión de mayor importancia de la izquierda mexicana y que a la vez es el centro económico, político y cultural de México, es importante no perder de vista que este tipo de acciones son características de los que hoy son oposición política del gobierno emanado del partido movimiento, basta recordar la guerra sucia que se vivió durante la década de los sesentas y setentas, la violencia contra el periodismo que fue el sello del Calderonato, los magnicidios de Luis Donaldo Colosio y José Francisco Ruiz Massieu, demostrando así que la derecha desde cualquiera de sus esferas es capaz de atentar inclusive contra los suyos.

Muchas son las versiones que recorren las redes sociales, hay voces que señalan que este acto pudiera ser una respuesta del crimen organizado al combate qué desde el gobierno federal y capitalino se ha emprendido, en pocas palabras se interpreta como un mensaje que buscaría dejar claro que darán la batalla y que no tienen reparo alguno en hacer uso de sus armas, estrategia y recursos para evitar su desmantelamiento, otras versiones apuntan a que el verdadero autor intelectual podría ser nuestro vecino del norte, quien estaría gustoso de intervenir territorio nacional bajo el pretexto de garantizar su seguridad, ante un supuesto estado de ingobernabilidad, esta versión no parecer ser un disparate, tomando en cuenta que Estados Unidos tienen un largo historial intervencionista en América Latina, en especial en aquellos países cuyos gobiernos se mantienen firmes en la defensa de su soberanía, tal como se ha hecho en México desde la administración encabezada por Andrés Manuel López Obrador. Por último se ha puesto en la mesa que la autoría de este atentado pudiera ser asumida por grupos afectados por decisiones gubernamentales, grupos como el famoso Cartel Inmobiliario, quienes han encontrado en alcaldías como la Benito Juárez (demarcación donde se suscito este crimen) un terreno fértil para instalarse y acrecentar sus estados financieros.

Hasta el momento no hay una versión definitiva de lo sucedido, los esfuerzos se han duplicado para garantizar la seguridad en la Ciudad de México y al parecer no habrá tregua hasta que el verdadero trasfondo de esta cobardía salga a flote y los responsables afronten las consecuencias ante la justicia.

Desafortunadamente este escenario parece no estar tan lejano a nuestra entidad, desde hace tiempo hemos observado como el crimen organizado se ha hecho presente en nuestro día a día, cada vez es más común enterarse de la presencia de estos grupos y de su operación desde la impunidad y una aparente complicidad con las autoridades, basta recordar lo violento que ha sido el último año en Querétaro. Por otro lado a últimas fechas se ha hecho público que desde hace años en nuestro estado opera sin consecuencia alguna el cartel inmobiliario, despojando de tierras a ejidatarios con la omisión de la autoridad, destruyendo patrimonios y sueños de cientos de familias que hasta el día de hoy solo han encontrado indiferencia en los representantes municipales y estatales, sin dejar de lado a la fiscalía que nada ha hecho por hacerle justicia a los defraudados.

Por último y como principal elemento a tomar en cuenta, no hay que pasar por el alto el acoso y discurso de odio hacia cualquier persona , funcionario o periodista que no coincida con la postura dictada desde la Casa de la Corregidora. Estos y otros elementos no serán suficientes para detener el avance de un movimiento que busca transformar la vida pública de Querétaro, insisto, no nos robarán la utopía.

¡Justicia para Ximena y José!

Ex diputado local de Morena

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