La clase política mexicana es única en su clase, contados son los nombres de verdaderos representantes populares que encontraron en el servicio público la oportunidad de trabajar a favor de los intereses del pueblo, ejemplos de lo contrario sobran, si no me creen vean la larga lista de innombrables donde figuran personajes como César Duarte, exgobernador de Chihuahua, que tenía un rancho de grandes dimensiones, miles y miles de hectáreas a su nombre y todo a cargo del erario. No sé ustedes, pero hasta me recuerda a un inquilino del municipio de Huimilpan, también podríamos mencionar al exgobernador del Estado de México, Arturo Montiel, que en su delirio de terraniente decidió expandir sus dominios hasta Francia, donde tiene unos cuantos castillitos, pero estimado lector, mejor no continúo (por el momento) para evitarle un coraje en este inicio de fin de semana.
Cuando hablamos de expresidentes, no mejora el panorama, bueno mejora para ellos y sus cercanos, como es el caso de la familia Alemán, quienes desde la llegada del “cachorro de la revolución” a la silla presidencial, ya no sólo fueron una familia política, sino empresarial; o como los Fox, que hasta antes del año 2000 su rancho vivía en una franca decadencia y en menos de un sexenio se convirtió en una parte del enorme consorcio empresarial del hoy pionero en la industria del cannabis en México. Curiosamente los mandatarios en retiro, han optado por cambiar de código postal cuando culminan su periodo al frente del país, como que ya no les acomoda el clima o la altura, porque más tardan en entregar la banda presidencial, que en estar tomando un vuelo con destino desconocido.
Por ejemplo, Carlos Salinas decidió retirarse a las tardes lluviosas de Reino Unido después de vivir un sexenio en donde privatizó todo aquello que se le cruzó, sucedió un magnicidio y colapsó la economía nacional, cabe destacar que cuenta con nacionalidad española, por lo cual sería normal encontrarlo caminando por las calles de Madrid con uno de sus discípulos, Enrique Peña Nieto, quien después del triunfo de AMLO vio en la Madre Patria un hogar donde esconder la cabeza ante tanto caso de corrupción que hubo en su periodo, y como “Dios los hace y ellos se juntan”, Felipe Calderón también se mudó con todo y trabajo a las calles cercanas a Puerta del Sol, mismas calles donde están las oficinas de las empresas a las que entregó Luz y Fuerza del Centro.
Zedillo en su caso solo cruzó al otro lado del Río Bravo, donde llego a pertenecer al Consejo de Administración de P&G, donde no es necesario ser especialista en alguna materia, basta con tener millones invertidos, ¿será que el destruir la industria ferroviaria tendrá algo que ver? Estos son los ejemplos de la vergüenza, prácticamente todos los expresidentes, salvo Fox, que vive en su rancho, metieron un océano de por medio para evadir las consecuencias de sus actos al momento de ostentar el poder .
Andrés Manuel López Obrador por su parte ya ha declarado que se retira a Palenque al finalizar su periodo, que abandona la vida pública, aunque con seguridad la vida pública no lo abandonará a él. Tiempo al tiempo.