El presente gobierno que encabeza Mauricio Kuri tiene diferentes características, dentro de las principales se encuentra la ambición desmedida expresada a través del irresponsable gasto en obras faraónicas con poca utilidad y con un sobrecosto que indigna a quienes vemos las cifras y tenemos la posibilidad de comparar como se ejercen esas cantidades de dinero en proyectos con mayor utilidad y mayor número de beneficiarios, pero sin duda el distintivo más grande del gobernador es la intolerancia, no tolera aquello que desconoce, le asustan las expresiones de protesta, manda hostigar a quienes considera incómodos. Esa imagen bonachona que vendió durante su campaña es uno de sus tantos disfraces, también tiene el atuendo de empresario que es con el que malgobierna la entidad, está el de blanquiazul aunque lo priista no se lo ha podido desprender de la mente y el corazón.

Maconí, Escolásticas, El Nabo, entre otras comunidades han conocido la represión que ejerce Kuri cuando se siente acorralado, por ellos es que su jefe de gabinete se ha dado a la tarea desde hace algunos años de forjar una burbuja impenetrable hasta para los mismos de casa, en esta solo se escucha el eco de la voz del mandatario y la de Rogelio Vega, quien le dice lo que sabe que quiere escuchar, mientras las problemáticas a la largo y ancho del estado no cesan y recrudecen al pasar de los días. La última muestra de intolerancia, negligencia y poca capacidad de operación política sucedió el miércoles pasado cuando después de más de un año de insistencia, por fin el que se siente "soberano" se dignó a recibir a la alcaldesa de Cadereyta, Astrid Ortega, quien ha sido objetivo de los golpes blandos del mandatario, simple y sencillamente porque la presidenta municipal no ha cedido un centimetro en la defensa de las causas de sus representados, dejando totalmente fuera los intereses particulares, principalmente empresariales que rodeaban al municipio del semidesierto . Esta visita de Astrid fue atípica desde su inicio, a su llegada y la de su equipo se les recibió con una serie de protocolos que salen de toda normalidad, de entrada impidieron que el equipo de la alcaldesa le acompañara a la reunión de trabajo que se pretendía tener, después y a través de radio fue reportado cada paso que Astrid daba rumbo al despacho del gobernador, una muestra del acoso que los encargados de la política queretana ejercen sobre aquellas personas que no son afines al oficialismo, como si esto no fuera suficiente le fue retirada la documentación que llevaba para exponerle a Kuri todos los pendientes que hay en Cadereyta, tanto en infraestructura, como programas sociales, seguridad y en especial la demanda de municipalización del agua, para rematar se le impidió el acceso con su celular personal, hasta parece que Kuri le tiene miedo a la mandataria.

En la sala de reunión, Kuri se hizo acompañar por gran parte de su equipo, al parecer tenía pavor de enfrentar a Astrid, quien en lo público y privado ha señalado las inconsistencias del gobierno estatal que atentan contra los intereses de su municipio. Acostumbrado a que las visitas que recibe van con la cabeza agachada y el "si señor" en la punta de la lengua, el temeroso Kuri giró la orden de que la documentación fotográfica fuera desde antes de iniciar la reunión, para que las apariencias estuvieran garantizadas, ante este acción la alcaldesa fue firme y clara, "las fotos al final, primero trabajemos" la respuesta del gobernador fue el hacer gala de su misoginia y machismo y dijo que Astrid no daba las órdenes, que el que mandaba era él. La respuesta de la Presidenta fue implacable, "sobre mi imagen solo decido yo" y sin flaquear un segundo se levantó de la mesa e inició retirada, dando cátedra de dignidad y respeto a la envestidura que tiene, antes de salir del recinto fue alcanzada por el secretario de Gobierno, Eric Gudiño, quien le dijo que tuviera cuidado con lo que comunicaba, al parecer ya se le hizo costumbre el intentar amedrentar a quien no se alinea.

Este escenario es la representación completa de quien es Mauricio Kuri, un político miedoso, que necesita de compañía ante la incomodidad de tener que dialogar con la oposición y que desde su trono se siente intocable. El tiempo se le agota, después de los comicios se acabarán las obedeciencias de su subordinados y la realidad será quien lo termine de aterrizar, mientras tanto, Astrid sigue dando lecciones de como ser una política de altura, con valores, valentía y con una claridad de quien es y lo que representa que nos hace pensar en ella en otro espacio en las elecciones de 2027.

Por cierto gobernador, en Querétaro usted no manda, la autoridad es del pueblo.

Exdiputado local de Morena

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