Como bocanada de aire le cayó al Partido Acción Nacional las declaraciones de la Presidenta Nacional de Morena, Luisa María Alcalde, donde menciona que la proyección de las siguientes elecciones de 2027 señalan que el partido guinda arrasaría en la gran mayoría de los estados con excepción a Querétaro y Aguascalientes. Ni tarde, ni perezoso el Presidente Estatal del PAN, Martin Arango, puso a trabajar a su equipo de comunicación para que le dieran un matiz conveniente para la narrativa blanquiazul y así echar campanas al aire y generar un ambiente más alentador entre su militancia, ya que ni la renovación alardeada ha sido de suficiente para que aquellos que se identifican con el partido azul tengan un panorama mas alentador para 2027.
Este júbilo de la diligencia panista en Querétaro es un fenómeno interesante, de entrada habla de la enorme mediocridad en la que viven los azules, ya que festejan la posibilidad de conservar solo 2 entidades de las que se van a disputar en poco menos de dos años, su reputación como segunda fuerza política es algo que van perdiendo de a poco y su batalla electoral ahora se centra en Movimiento Ciudadano con quien se debatirán la segunda posición en las preferencias de las y los votantes, lejos, muy lejos les queda Morena y la posibilidad de ser competitivos en un corto y mediano plazo, en pocas palabras el PAN hoy respira con un pulmón dañado y unos meses podremos decir que su vida estará sujeta a un aparato de respiración artificial, esto como consecuencia de ser una agrupación que poco o nada se ha alejado del origen sectario y elitista que tienen, le es imposible en todos los sentidos el funcionar y ser un partido de base popular, donde diversas agendas de la sociedad encuentren cabida y respaldo suficiente para desarrollar iniciativas y proyectos, al contrario, al frente del Anayismo se han cerrado a grado tal que varios de sus perfiles han decidido migrar al partido naranja y en algunos casos a Morena, el grupo del hoy senador es quien domina las decisiones a nivel nacional del PAN, su representación se la han turnado entre un grupo de políticos conservadores, abiertamente cercanos a la iglesia y con ideas profundamente neoliberales, donde el éxito y auge de la iniciativa privada es prioridad para gobernantes y representantes del partido blanquiazul.
Ante este escenario, entidades como la nuestra será prioridad para toda la oleada panista, saben en sus oficinas centrales que si bien puede haber sondeos que los favorecen, estos son engañosos tomando en cuenta que administraciones como la de Mauricio Kuri gastan cientos de millones de pesos para posicionar su figura y las de sus consentidos dentro de las preferencias de la ciudadanía, tienen el poder de los programas sociales que poco se pueden comparar por los otorgados por gobierno federal, pero que en el caso de Querétaro son utilizados para mantener aceitada la maquinaria electoral rumbo a unos comicios que le dejan seca la boca al gobernador, porque de perder la elección que define a su sucesor estaría culminando el fracaso que representó su gobierno y más si se toma en cuenta que él llegó con el camino planchado, si mayores eventualidades y con una mayoría absoluta en el Congreso Local.
Tal vez por esto es que en respuesta de lo declarado por Martín Arango, el gobernador salió a medios de comunicación a declarar que pedía mesura y que la soberbia se quedara a un lado, justo los panistas conocen el sabor de la derrota aún con las encuestas a favor, el fantasma de Manuel González Valle sigue presente. Por su parte Morena puede tener mediana tranquilidad, la distancia no es mucha y la tendencia del partido obradorista es a la alza, mientras la ola azul va en decadencia, sin embargo no pueden dormir el sueño de los justos y será de vital importancia que la dirigencia morenista apriete tuerca y tornillo de su base electoral que construye cada fin de semana con las asambleas seccionales y por supuesto designar al candidato idóneo para la elección mas importante de la izquierda queretana. Las condiciones actuales no se van a repetir y si Morena tuviera un perfil poco competitivo seguramente los azules conservarían este bastión y se refugiarían en la entidad, eso sí estaríamos condenados a un sexenio más de abusos, intolerancia y derroche por parte de una administración azulada
Tiempo al tiempo, el reloj sigue su curso, las encuestas lejos de ayudar al ánimo de PAN, fueron un indicador de que su derrota es cercana. Al final del día, la mejor encuesta es aquella que se escucha en las calles, en las escuelas, en la sobremesa y ahí es donde se respira un aire de rechazo a que los blanquiazules continúen.

