Fernando Islas

El final de Acción Nacional

Este primer año fue para el olvido en actividad legislativa, poco o nada se puede rescatar

Desde hace meses el ocaso del Partido Acción Nacional se avecina a pasos agigantados y no se ve algún cambio de estrategia o inclusive de timón por parte de sus representantes, empezando por el propio gobernador. La molestia en las filas blanquiazules es notoria, sus fracturas se notan a la distancia y síntoma de ello son las marcadas diferencias que existen entre los 5 candidatos posibles y cómo no pierden oportunidad de hacer públicos sus desencuentros, siempre entre líneas y apostándole a la interpretación de los medios de comunicación y al círculo rojo de la política local. La división es evidente, Agustín Dorantes, Marco del Prete y Luis Nava van en el mismo costal etiquetado por Francisco Domínguez, Josue Guerrero es el candidato de Mauricio Kuri aunque esto le da pocas garantías de encabezar y Felipe Macías sería el caballo que Ricardo Anaya echaría andar para seguir teniendo poder e injerencia en la entidad, mientras las patadas bajo la mesa azul se dan, el ex gobernador manda a sus cercanos que han sido relegados del PAN a que se afilien a Movimiento Ciudadano, por si hay que saltar del barco ya tenga quien los reciba con brazos abiertos y con un poder determinante al interior del partido naranja, por su parte Kuri le apuesta a una entrega acordada y retirarse a un encargo diplomático que lo aleje de la crisis en la que va a dejar a Querétaro.

Ante este vendaval de movimientos el control de Kuri como mandatario está profundamente mermado, ya está en el cierre de su período y aquellos que hace unos meses aún le hacían caravana y le prometían lealtad, disciplina e incondicionalidad, hoy lo ignoran y buscan cual será el navío en el cual se salvarán del hundimiento de la embarcación que el mismo gobernador se ha encargado de llevar al naufragio. Otro indicador que el poder se le escapa de las manos al inquilino de la Casa de la Corregidora es la crisis que se vive en el congrego local, donde antes tenía una capacidad de operación casi absoluta, logrando un control total sobre los diputados de la pasada legislatura, incluyendo a los de morena. El inicio de la presente pintaba no tan desfavorable para los intereses del gerente asturiano, a pesar de que Morena ganó 10 de los 15 distritos locales. Para su mala fortuna su capacidad de convencimiento duró hasta la votación pasada del presupuesto donde varios legisladores de oposición le votaron a favor su propuesta, para meses después vivir el descalabro más fuerte de su administración con la cancelación del Proyecto Hídrico El Batán, lucha que dio la ciudadanía organizada, obligando así a que si había algún despistado que siendo de morena pretendía votar a favor este atraco, lo pensara dos veces antes de ser cómplice del mandatario y sus socios.

Este primer año fue para el olvido en cuanto a la actividad legislativa, poco o nada se puede rescatar, pero justo en este inicio del segundo año, la bancada de morena y la fracción del Partido del Trabajo cerraron filas y lograron el despertar de una diputada del verde para hacerle frente a la dictadura que el PAN ejerce en el Congreso del Estado, obstaculizando cualquier trabajo que emane de las y los legisladores de la Cuarta Transformación. El voto del partido del tucán da la posibilidad de ganar la Mesa Directiva, aunque los azules aún cuenten con la complicidad de una legisladora verde, este escenario le es desfavorable a la bancada panista y al propio gobernador, por ello ante la inminente derrota el coordinador blanquiazul, Guillermo Vega, le dio la orden al más porril de sus diputados, Enrique Correa para que se robara las boletas e intentara huir con ellas, mientras el ex alcalde de San Juan del Río se encargaba de hurtar la urna y así bloquear totalmente el procedimiento para elegir a quienes representarán a uno de los tres poderes del estado.

Este escenario es indignante desde cualquier óptica, si bien es de conocimiento público que los panistas son unos bribones, lo sucedido ayer nos lleva a la reflexión sobre el comportamiento que tendrán cuando en 2027 pierdan la gubernatura. Al parecer el pasado del PAN es su presente y destino, al igual que Calderón le robó la elección a Andrés Manuel López Obrador, es altamente probable que los Kuri, los Correa, los Vega, los Zapata y los Domínguez hagan hasta lo impensable para evitar su derrota en 2 años. Tiempo al tiempo, el PAN agoniza, pero venderá caro su deceso político, aunque esto signifique echar mano de aquellos que dicen desconocer, pero que todos sabemos que les financian las campañas.

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