A propósito del estreno de Barbie, en donde muchos de sus asistentes buscaban personificar a la muñeca icónica de los 80’s, pero también la manifestación en redes de burlas y humillaciones, como le sucedió a Ernesto cuando un medio informativo expuso su outfit, seguido de comentarios humillantes, así es como cerramos el tema de heridas infantiles que hemos analizado anteriormente.
Una herida de humillación se refiere a una experiencia negativa o traumática que se ha vivido incluso desde la infancia, donde ha sido objeto de humillación o vergüenza por parte de sus padres, cuidadores, compañeros o figuras de autoridad. Estas experiencias pueden tener un impacto significativo en el desarrollo emocional y psicológico del niño y de un adulto, pueden afectar su autoestima, confianza en sí mismo y relaciones interpersonales.
Los ejemplos de heridas de humillación pueden variar en su naturaleza y origen. Aquí hay algunos ejemplos comunes de situaciones que pueden causar este tipo de herida a una persona.
Burlas y apodos ofensivos: Cuando una persona es objeto de burlas constantes por su apariencia, nombre o alguna característica personal, puede sentirse avergonzado y menospreciado.
Ridiculización frente a otros: Si es públicamente ridiculizado o avergonzado por sus errores o comportamiento, puede afectar gravemente su autoestima.
Comparaciones negativas: Los padres, maestros o cuidadores que comparan negativamente a un niño con otros niños pueden hacer que se sienta insuficiente o inadecuado.
Desprecio emocional: Cuando los padres o cuidadores menosprecian o ignoran repetidamente las emociones o necesidades del niño, puede sentirse humillado y desvalorizado.
Rechazo social: Si un niño es excluido o rechazado constantemente por sus compañeros, puede experimentar una profunda sensación de humillación y soledad.
Humillación en el ámbito académico: Un maestro que ridiculiza públicamente a un estudiante por no comprender una lección o cometer errores en clase, puede causarle una herida emocional significativa.
Disciplina punitiva y vergonzante: Un método de disciplina que implica humillar o avergonzar al niño frente a otros, en lugar de educar y corregir adecuadamente, puede causar una herida emocional duradera.
Abuso verbal: El abuso verbal, incluyendo insultos, amenazas y palabras hirientes, puede causar una profunda herida de humillación en el niño.
Ridiculización de intereses y pasatiempos: Cuando los adultos menosprecian o se burlan de los intereses y pasatiempos del niño, puede hacer que se sienta avergonzado de sus preferencias y deseos.
Las consecuencias de estas heridas pueden ser diversas y dependerán de cada individuo y la intensidad del trauma. No se pierdan nuestra próxima columna para conocerlas.
Baja autoestima, problemas de relaciones, ansiedad y depresión: puede generar ansiedad social y depresión, ya que el individuo puede sentir miedo constante de ser ridiculizado o menospreciado nuevamente y problemas de autocontrol.
Es importante destacar que las heridas de humillación no deben ser ignoradas o minimizadas. Si alguien ha experimentado este tipo de herida, puede ser útil buscar apoyo profesional a través de un terapeuta o psicólogo especializado en heridas infantiles.
Si tienen comentarios dudas o sugerencias no duden en escribir a esmeralda.neresis@gmail.com