Una “herida del abandono” se refiere a un dolor emocional profundo causado por sentirse abandonado o rechazado por alguien con quien se tenía un vínculo afectivo significativo. Puede surgir en diferentes situaciones, como el abandono por parte de un padre, una pareja, un amigo cercano o incluso una figura de autoridad.

Puede tener un impacto duradero en la persona afectada y afectar su autoestima, su confianza en los demás y su capacidad para establecer relaciones saludables. Puede generar sentimientos de tristeza, soledad, ansiedad, ira, y puede conducir a patrones de comportamiento autodestructivos o relaciones interpersonales problemáticas.

Algunas personas pueden desarrollar mecanismos de defensa para evitar el dolor emocional, como la evitación de relaciones cercanas o la búsqueda constante de aprobación.

Otros pueden enfrentar la herida del abandono a través de la terapia y el trabajo personal, para sanar y construir relaciones más saludables.

En la infancia debido a la sensación de ser abandonado o rechazado por una figura significativa, como los padres, cuidadores u otros miembros de la familia. Esta herida puede dejar una marca emocional en el niño y afectar su desarrollo y bienestar emocional a lo largo de su vida.

La herida infantil del abandono puede surgir en diversas situaciones, como la negligencia emocional o física, la ausencia constante de los padres o cuidadores, el rechazo, la falta de atención o cuidado adecuado, o incluso la pérdida de un padre o figura de apego temprano.

Los síntomas de la herida del abandono pueden variar de una persona a otra, pero aquí hay algunos ejemplos comunes de los síntomas emocionales y comportamentales que pueden estar presentes:

Miedo al abandono: Las personas con herida del abandono a menudo tienen un miedo intenso a ser abandonadas nuevamente. Pueden tener dificultades para confiar en los demás y pueden mostrar una dependencia emocional excesiva en las relaciones.

Baja autoestima: La herida del abandono puede generar sentimientos de no ser lo suficientemente buenos o valiosos.

Las personas pueden tener una baja autoestima y una falta de confianza en sí mismas.

Relaciones inestables: Puede haber dificultades para establecer y mantener relaciones saludables y estables. Las personas con esta herida pueden tener relaciones interpersonales tumultuosas, llenas de conflictos o pueden involucrarse en relaciones codependientes.

Miedo a la intimidad: El temor a ser lastimado o abandonado puede llevar a evitar la intimidad emocional en las relaciones. Puede haber una tendencia a mantener una distancia emocional y evitar el compromiso profundo.

Ansiedad y depresión: Los sentimientos de abandono pueden desencadenar ansiedad y depresión. Las personas pueden experimentar ataques de pánico, preocupaciones constantes o tristeza persistente.

Comportamientos autodestructivos: Algunas personas pueden recurrir a comportamientos autodestructivos como una forma de lidiar con el dolor emocional de la herida del abandono. Estos comportamientos pueden incluir el abuso de sustancias, la promiscuidad sexual, la compulsión alimentaria, entre otros.

Sin embargo, si te identificas con varios de estos síntomas y sientes que están afectando tu vida diaria, puede ser útil buscar apoyo terapéutico para abordar y sanar la herida del abandono.

*Artista visual, escritora y terapeuta

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