Tal parece que a nadie le preocupa que Gallos siga en el tobogán de la mediocridad, con altibajos, una bipolaridad futbolística que jornada a jornada se refleja en su posición en la tabla y lo peor, en el tema porcentual.

Acumulan las mismas seis fechas de fase regular sin ganar con todo y que en varios de sus enfrentamientos, desde la primera fecha ante Toluca, iban arriba en el marcador.

La película se repitió ahora en su visita fraternal a Tijuana, estaban arriba 1-0 y en automático el equipo se desordena y comienza a cometer errores puntuales que al final les cuesta perder puntos.

Siempre es bueno sumar y más en terreno ajeno, pero sumar, más no dejar escapar unidades o que les saquen el triunfo de la bolsa.

Y aquí, todos son culpables, no sólo Mauro Gerk, su técnico, que reitero, con poco trata de que su equipo dé más.

Hay qué reconocer que los jugadores se parten el alma en la cancha, los expertos y sus propios rivales, los consideran un enemigo incómodo, pero cuando les encuentran el modo, pasan encima de ellos.

Son seis sin ganar y las alarmas no dejan de sonar, lo peor es que el equipo con la moral por los suelos, tire la toalla y se convierta en un cheque al portador para cualquiera en lo que resta del torneo.

En el asunto del cociente, con todo y su porcentaje volátil, porque recordemos que hace dos torneos les tocó pagar multa millonaria, nuevamente está en esa zona con 1.0000, empatado con Mazatlán, con mínima diferencia arriba de Tijuana y Juárez.

Es decir, por todos lados, Gallos tiene las de perder, pues igual ya nada se dice de su cambio de dueño, al contrario según ha trascendido por boca de uno de sus propietarios, que no hay tal venta y que el equipo lo mantendrán aquí por lo menos hasta 2026. Así que sin un futuro claro o de mejores resultados, Gallos, continuará en esta plaza sin ilusionar a nadie.

Su próximo encuentro será en casa ante Necaxa, que desde luego, vendrá por la victoria a sabiendas de la vulnerabilidad del rival. Hasta la Próxima.

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