Es común encontrar a muchas personas que sufren de una continua tensión al intentar conciliar su vida profesional y familiar, toda vez que al cuidado de los hijos y a las actividades domésticas se suman las exigencias del trabajo profesional, lo que puede generar tensiones negativas en las familias.
Por ello, es de gran importancia lograr la armonización de la vida laboral y familiar, ya que la misma facilita que la persona trabajadora pueda mantener al mismo tiempo una carrera profesional plena y a la vez ejercer su derecho al cuidado de su familia, el desarrollo de su personalidad o de su formación.
El reto de la conciliación de la vida personal, familiar y laboral, implica la implementación de acciones tanto en la familia como en los centros de trabajo. En la familia debe fomentarse entre las mujeres y los hombres el reparto equitativo de las responsabilidades domésticas y familiares, así como la participación de los hijos en las tareas del hogar, acorde a su nivel de responsabilidad y desarrollo. De igual forma, los centros de trabajo pueden contribuir mediante la aplicación de políticas de igualdad y medidas laborales que favorezcan la convivencia familiar de los trabajadores.
Se debe promover entonces que los centros de trabajo establezcan buenas prácticas laborales, para favorecer que trabajadoras y trabajadores atiendan sus responsabilidades familiares, tales como brindar licencias de maternidad y paternidad, contar con salas de lactancia y facilitar los periodos de lactancia, brindar permisos para atender eventos escolares y familiares, así como brindar pláticas de sensibilización sobre la importancia de la conciliación trabajo-familia.
Las buenas prácticas laborales inciden en el aumento de la productividad, a partir del mejoramiento del clima laboral y de una mayor identificación de los trabajadores con la misión, objetivos y metas de los centros de trabajo.
Por lo que, la conciliación trabajo-familia debe verse como una gran ventaja para los centros de trabajo y como una forma de promover el desarrollo afectivo y el bienestar de las familias de los trabajadores.
Recordemos que si garantizamos el bienestar de las familias, garantizamos el bienestar de toda la sociedad.