“El futbol femenil nadie lo ve”, “a nadie le importa”, son frases que hace algún tiempo eran recurrentes en los foros de internet y entre los aficionados que veían a la rama de la femenil como un accesorio y no como un deporte profesional igual de relevante que en su rama varonil.

Hace unas semanas se rompió el récord  de asistencia a un partido de futbol femenil, esto  en la revancha de los cuartos de final de la Champions League Femenina, entre el Barcelona y el Real Madrid;  ese día el Camp Nou abrió las puertas a 91 mil 553 espectadores, algo nunca antes visto, ya que el récord vencido fue de 90 mil 195 asistentes en la final del Mundial 1999 entre Estados Unidos y China.

Pero en dicha fecha  no solamente  se rompió el récord de asistencia, sino que también se dio a conocer  que ese día en el  estadio del Barcelona,  la camiseta  de Alexia Putellas se vendió más que  la  de su similar de la liga varonil, Pedri.

Con esto cada vez se invalida más el discurso de que el futbol femenil no le importa a nadie, podemos pensar, “claro, eso sólo pasa en las Ligas europeas”, pero he visto el crecimiento de la Liga femenil en nuestro país  temporada a temporada, y es imposible no notar cómo cada vez más aficionados pagan sus boletos, compran las camisetas, y van a apoyar a sus equipos en la Liga MX Femenil.

Gallos Femenil  por su parte no se queda atrás, a los partidos cada vez más aficionados acudían y compraban sus boletos, solidificando una afición para las emplumadas, pero lamentablemente eso terminó por un castigo que se llevó entre las piernas a las que no la debían, aunque eso será algo de lo que hablaremos en la próxima columna.

*Estudiante de Periodismo
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