Como se ha informado a través de los medios de comunicación, la Comisión Nacional de Elecciones que preside Ciro Murayama, solicitó al Congreso de la Unión a través del Instituto Nacional Electoral (INE), un presupuesto de 19 mil 474.9 millones de pesos para su funcionamiento durante el 2015, que incluye la organización de 17 procesos electorales; nueve gubernaturas, entre ellas la de Querétaro y ocho elecciones intermedias, donde se elegirán presidentes municipales, diputados locales y federales.
Esta cantidad que equivale al 53 por ciento más de lo ejercido en las elecciones intermedias de 2009 y casi la misma cantidad que gastó el extinto Instituto Federal Electoral en la organización de los comicios presidenciales de 2012; 15 mil 953 millones de pesos, es un incremento por demás justificado según Murayama, debido a 74 nuevas atribuciones que les asignó la Ley Electoral acordada en el presente año, como la de fiscalizar los gastos de campañas de los candidatos.
El total de dicho recurso se pretendía gastar de la siguiente manera: 7 mil 891.6 millones para la operación del INE, que incluye 210.6 millones de pesos para crear la “Unidad Técnica de Fiscalización” que hará un seguimiento de los ingresos y egresos de partidos y candidatos en todo el país, así como para la creación de la Unidad Técnica de Vinculación con los Organismos Públicos Locales Electorales (OPLE), a la Unidad Técnica de lo Contencioso Electoral, y para las funciones de Oficialía Electoral.
Se contempló la cantidad de mil 131 millones de pesos para proyectos especiales, de los cuales el INE presupuestó un programa inmobiliario con la inversión de 719 millones de pesos, y se calcularon 743 millones de pesos más en 2016. Proyectaron la construcción de un nuevo edificio para oficinas y la edificación de cinco sedes nuevas del INE en los estados de Aguascalientes, Nuevo León, Querétaro, Quintana Roo y Zacatecas.
Calcularon además, 65 millones de pesos para la credencialización de mexicanos en el extranjero, 481 millones de pesos para regularizar a cinco mil 609 trabajadores que laboran en los módulos de atención ciudadana donde se tramita obtención y renovación de la credencial de elector, y se estimaron 363.4 millones de pesos para sortear el aumento en los precios de los bienes y servicios que adquiere el instituto, como arrendamiento de inmuebles y la incorporación de nuevos partidos.
Asimismo, se programaron 5 mil 355.5 millones de pesos para el financiamiento; actividades ordinarias y actos de campaña de los candidatos de 10 partidos políticos nacionales en 2015, y finalmente, entre otros muchos gastos que no se detallan, se prevén 3.5 millones para la evaluación de aspirantes a consejeros locales.
En la discusión de la desmesurada cantidad propuesta por el INE, éste terminó aceptando una reducción de 902 millones de pesos, para quedar finalmente en 18 mil 572 millones, cantidad que aun así representa el 16.4 por ciento más, comparada con lo gastado en la elección de 2012, que seguramente, como no es dinero producto del trabajo de los diputados federales, será aprobada.
Pero acaso, ¿exceso y despilfarro son sinónimos de democracia? Resulta ofensivo ver cómo la gran mayoría de los funcionarios electorales y políticos arribistas, especialistas en engaños y promesas se dan la gran vida con los recursos del pueblo trabajador. Baste recordar que mientras millones de mexicanos sobreviven con un salario mínimo de 67 pesos, cada consejero electoral federal recibe un salario diario de 10 mil 366 y los consejeros electorales en el estado de Querétaro, de 3 mil 600 pesos diarios. ¡No se vale!
Dirigente Antorcha Campesina Querétaro