Desde principios del siglo XX, la élite política estadounidense ha sido formada dentro de las universidades pertenecientes a la “Ivy League”, integrada por las universidades de Harvard, Yale, Princeton, Columbia, Pennsylvania, Dartmouth, Brown y Cornell. Hoy, Donald Trump arremete contra estas universidades de élite.
Aunque durante la campaña para llegar por segunda vez a la presidencia de los Estados Unidos, Trump se deslindó del Proyecto 2025, iniciativa elaborada por las ideas conservadoras de la “Heritage Foundation”, presidida por Kevin Roberts, quien lidera la “Heritage Action”, brazo de cabildeo de la fundación enunciada, las acciones tomadas en sus primeros meses de gobierno se alinearon con esta agenda conservadora, dedicada a atacar a tribunales, burocracia, medios de comunicación y universidades.
En una entrevista a Margaret Satterthwaite, relatora especial de Naciones Unidas sobre la independencia de jueces en todo el mundo, realizada por Gerardo Lissardy de BBC News Mundo, señaló su preocupación por las modificaciones de Trump al sistema de justicia estadounidense. “En el Departamento de Justicia, por ejemplo, ya despidió a decenas de fiscales que trabajaron en los casos de quienes entraron al Capitolio el 6 de enero [de 2021]”. A lo que añadió, “…desde que asumió la presidencia, vimos a sus aliados pedir la sustitución de jueces. Señalo en específico a Elon Musk, quien en varias ocasiones ha pedido la destitución de jueces”.
La reestructuración al poder judicial, ahora se extiende a la educación superior. Trump declara la guerra a las universidades pertenecientes a la Ivy League, retirándoles el estatus de exención de impuestos si no se alinean a sus exigencias políticas.
Tras negarse el presidente de Harvard, Alan Garber, a acatar estas medidas, Trump publicó en su plataforma Truth Social, “Harvard ya no puede considerarse ni siquiera un lugar decente de aprendizaje”. A lo que agregó: “Harvard es una BROMA, enseña odio y estupidez, y ya no debería recibir fondos federales”.
La embestida del presidente contra las universidades de élite tiene un propósito específico. Instrumentar la denominada “agenda del caos”. Y, aquí volvemos al plan conservador elaborado por la “Heritage Foundation”.
Una ofensiva política sin precedentes es puesta en marcha por el gobierno federal para redefinir el rol de Estados Unidos en el mundo. Un proyecto que combina autoritarismo, nacionalismo y una guerra cultural contra minorías dirigido a crear caos y miedo en la población debilitando toda forma de resistencia.
Históricamente, las universidades representan el espacio de crítica y libertad de expresión. El ataque sistemático a las comunidades de la diversidad y sus derechos civiles, la criminalización contra un supuesto “adoctrinamiento woke” y la persecución de estudiantes extranjeros configuran una parte de la estrategia del Proyecto 2025.
La intervención del gobierno federal en las universidades de élite, donde se “modelan” los grupos de poder en EU y en el mundo, prefigura un avance radical en la instrumentación de la arquitectura autoritaria ultraderechista internacional que domina la agenda de Donald Trump.
Doctorada en Ciencias Políticas y Sociales por la UNAM y Posdoctorada por la Universidad de Yale