El lunes 21 de abril de 2025 a las 7:35h, el papa Francisco falleció en su residencia de Santa Marta en la Ciudad del Vaticano. Jorge Mario Bergoglio, nombre de pila antes de ser elegido papa en 2013, decidió llamarse Francisco en honor a San Francisco de Asís, quien representa los valores de humildad, servicio y cercanía con los más desfavorecidos. Como líder espiritual y moral de la Iglesia católica, impulsó la justicia social contraviniendo las políticas instrumentadas por sus dos antecesores, Juan Pablo II y Benedicto XVI.
El papa Francisco desempeñó un rol fundamental en la defensa de los derechos humanos, la lucha contra la desigualdad y la promoción de un mundo más justo e inclusivo.
Notable fue su llamado a priorizar el bien común y los derechos como una de las tareas fundamentales del Estado. Así como la petición permanente a fortalecer políticas dirigidas a asegurar el acceso a la satisfacción de necesidades básicas como la tierra, la vivienda, el trabajo, la educación y un salario justo.
La reducción de la desigualdad se convirtió en el emblema de su representación como líder supremo de la Iglesia católica. Alentó a los políticos a tomar responsabilidad y entender que la legitimidad de un gobierno no sólo se gana con votos, sino con acciones que promuevan la justicia social.
Durante su papado argumentó sobre la importancia de cuidar a las poblaciones más vulnerables, defendió sus derechos y abogó por un cambio estructural para eliminar de raíz la pobreza y la desigualdad.
En su exhortación apostólica del Evangelii Gaudium, escribió: “hay ideologías que defienden la autonomía absoluta de los mercados y la especulación financiera y esas ideologías son causantes de la desigualdad. Esas ideologías menoscaban el derecho de control de los estados encargados de velar por el bien común instaurando una nueva tiranía invisible”.
Con estas palabras el papa Francisco reveló que las instituciones fueron capturadas por un capitalismo que “mata”, mostrando que detrás de esta economía sólo se esconde la renuncia a la ética y la exacerbación de la desigualdad.
Centenares de personalidades y mandatarios acudieron a los funerales del papa Francisco, celebrados el pasado 26 de mayo en la Basílica de Santa María la Mayor de Roma, entre los que destacaron líderes derechistas y ultraderechistas como Donald Trump, Volodymyr Zelenski, Daniel Noboa, Javier Milei, Felipe VI, Giorgia Meloni, entre otros.
Un giro radical se vislumbra en el pontificado con la muerte del papa Francisco. Su pérdida debilita al frente progresista en la batalla ideológica global con la ultraderecha. Los sectores conservadores mundiales ligados a Donald Trump tienen un fuerte interés en impulsar un perfil vinculado a una visión del catolicismo cercana al nacionalismo religioso y alejado de la justicia social.
Estados Unidos cuenta con 14 de 135 cardenales con derecho a voto para influir en la elección del nuevo Papa. Pero, también, es el mayor donante individual del Vaticano, aporta el 28% de las donaciones a través del “denario de San Pedro”. No es casual que Trump asistiera a despedir al papa Francisco con quien nunca comulgó.
Doctorada en Ciencias Políticas y Sociales por la UNAM y Posdoctorada por la Universidad de Yale