México está viviendo un momento estelar. La diversidad de puntos de vista configura el escenario público. No se trata de confrontación, sino de la capacidad de los actores políticos y económicos para manifestar libremente su perspectiva sobre lo que sucede en el país. Las opiniones expresadas en los últimos días por María Asunción Aramburuzabala y Ricardo Salinas Pliego son un ejemplo de esta pluralidad.

Considerada la quinta empresaria más rica de México y la primera mujer, así como la tercera más rica de América Latina, María Asunción Aramburuzabala Larregui declaró en un video difundido por Crack Podcast, que México tiene las mejores condiciones macroeconómicas de América Latina, lo que significa contar con un espacio de oportunidad para las inversiones y el desarrollo económico, “yo la verdad, veo muy bien a México”.

Su postura sobre el pago de impuestos al gobierno mexicano no la confronta. Considera que el éxito de sus empresas –iniciadas por su abuelo, luego de emigrar de España a México– es “gracias a la inmensa oportunidad” que este país les ofreció al convertirse en su casa.

En la entrevista señaló que cuando llevó a cabo la venta de Grupo Modelo un amplio grupo de accionistas le sugirieron no pagar impuestos y optar por la vía del amparo para evadir esta responsabilidad. Sin embargo, en acuerdo con su hermana decidieron cumplir con su obligación. Reitera que, de no haber realizado este deber hubiera significado incumplir el pago de impuestos de tres generaciones, la de su abuelo, su padre y la suya.

Y, aunque en su momento, sus empresas se beneficiaron de la condonación de impuestos con los gobiernos anteriores, en el contexto presente su respuesta es distinta.

La familia Aramburuzabala creó el “Family Office” Tresalia Capital para manejar sus inversiones, configurado por la unión de tres mujeres. La empresa se distingue por impulsar proyectos de inversión de jóvenes empresarios y enfocar la inversión en proyectos de alta prioridad para el desarrollo económico y social del país.

Ricardo Benjamín Salinas Pliego, situado como el tercer empresario más rico de México, es fundador y presidente del Grupo Salinas, conformado por empresas dedicadas a las telecomunicaciones, medios de comunicación y entretenimiento, transporte, servicios financieros y comercio especializado. El origen de sus negocios remite a una fábrica de muebles fundada por su bisabuelo a principios del siglo pasado.

Desde hace algunas semanas, la confrontación de Ricardo Salinas Pliego con el actual gobierno de Andrés Manuel López Obrador se mantiene en vilo por negarse a pagar al Servicio de Administración Tributaria (SAT), 13 créditos fiscales por un monto de 63 mil millones pesos.

El 20 de marzo pasado fueron difundidas en la página oficial del gobierno federal las pruebas sobre el déficit del empresario. Ante lo que respondió que él y sus empresas son grandes pagadores de impuestos en México, no obstante, “A estos gobiernícolas ni con eso tienen y son insaciables, quieren más y no les importa destruir la empresa y destruir la fuente de riqueza”.

Dos posturas, dos miradas empresariales sobre México…

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