Desde la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca en enero de 2025, el gobierno de Claudia Sheinbaum enfrenta un complejo entramado de presiones que van desde la deportación masiva de migrantes indocumentados de EU a México, la exigencia de detener el flujo migratorio y el tráfico de fentanilo, pasando por la imposición de aranceles, amagos por la deuda de agua con Texas y la aprobación del proyecto de ley que incluye un impuesto del 5% a las remesas, hasta la denominación de los cárteles de la droga como “grupos terroristas” y la preparación de una lista de políticos mexicanos sujetos a restricciones de visas por presuntos vínculos con el narco.
A la par de los embates con Estados Unidos, emergen problemas domésticos que complican el ejercicio de la presidenta de México. Protestas del magisterio agrupado bajo la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), que cumplió la amenaza de iniciar una huelga nacional indefinida hasta que no se derogue la ley del ISSSTE de 2007.
La reforma al Poder Judicial, que prevé la elección por voto popular de jueces, magistrados y ministros el próximo 1 de junio, se encuentra en medio de una intensa polémica y controversia. Mientras un amplio sector de la población la apoya como una medida para combatir la corrupción y la impunidad, los opositores la consideran un peligro para la independencia del Poder Judicial y llaman a no votar.
En relación con el problema de desabasto y la batalla del gobierno federal para limpiar de corrupción el proceso de compra de medicamentos, continúa siendo un desafío para la administración actual.
La resistencia de las Fuerzas Armadas y su intento por frenar la aprobación de la Ley del Sistema de Seguridad Pública y la Ley del Sistema Nacional de Investigación e Inteligencia, que conceden un enorme poder a la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, bajo el mando de Omar García Harfuch, dificulta los planes de Claudia Sheinbaum para enfrentar los problemas de violencia en México.
A lo que se suman las divergencias al interior de Morena exhibidas con la cancelación de la visa estadounidense a Marina del Pilar Ávila, gobernadora de Baja California, situación que complica la cohesión gubernamental para enfrentar las negociaciones con Estados Unidos.
Pese a las campañas de desprestigio promovidas en su momento en contra del presidente Andrés Manuel López Obrador para descarrilar la continuidad de la 4T, Claudia Sheinbaum consiguió el triunfo electoral en 2024. Sin embargo, como apunta la experta en procesos políticos de la UAM-Iztapalapa, María Eugenia Valdés Vega, “lo que no le costó ganar, le va a costar gobernar”.
Aunque la presidenta de México conserva altos índices de popularidad, el conjunto de retos que enfrenta, tanto con la administración de Donald Trump como en el espacio doméstico, colocan a su gobierno en un equilibrio precario.
El éxito de Claudia Sheinbaum dependerá de su capacidad para conciliar tensiones impuestas por los Estados Unidos, contener la inseguridad y la corrupción interna, y gestionar fracturas dentro de Morena, sin traicionar sus compromisos con el pueblo de México. Dilema complejo, difícil de resolver.
Doctorada en Ciencias Políticas y Sociales por la UNAM y Posdoctorada por la Universidad de Yale