Está por llegar la primavera y junto con ella, flores de todos colores que al liberar polen provocarán alergias a quienes sufran tal reacción. Pero para preparar los colores, fragancias y las avenidas adornadas el color morado de las jacarandas, las plantas requirieron pasar por un periodo llamado vernalización.

Esta historia se remonta a la temporada decembrina, la cual trae consigo el famoso maratón “Guadalupe-reyes”, las reuniones familiares y otras fiestas de toda naturaleza. Mientras tanto, en el medio ambiente ocurren cambios importantes, como el solsticio de invierno, los días más cortos y noches más largas, temporada en que la temperatura desciende.

El frío provoca que algunas especies migren, que otras hibernen y que los humanos —animales de cuero delgado— busquemos abrigo para sobrevivir la temporada. Sin embargo, las plantas carecen de estructuras para desplazarse a una zona más cálida, así que, bajo estas condiciones, ¿acaso la supervivencia de todo el reino Plantae se ve comprometida? Para nuestra sorpresa, algunas especies vegetales necesitan estar expuestas al frío para lograr producir órganos sexuales y resultar en una nueva generación.

“Vernalización” es un concepto acuñado al ruso Trofim Lysenko y se refiere a la “memoria” que las plantas desarrollan para saber cuándo termina el invierno y comienza la primavera con mejores condiciones ambientales para promover el desarrollo sexual y dejar descendencia. En el imaginario colectivo de “cómo debe sonar una palabra rusa”, probablemente “vernalización” no nos parezca una palabra de esa región del planeta y, en esta ocasión, ese imaginario tiene razón: Lysenko desarrolló el término “jarovization” (cuyo sufijo tampoco parece muy ruso). Con el tiempo la comunidad científica que estudiaba este fenómeno tomó la raíz latina vernum, que aunque usted no lo crea, no significa verano sino primavera y así, terminamos en vernalización, fenómeno por el cual algunas plantas reconocen la acumulación frío a través de un periodo de tiempo que, al llegar a un umbral, reciben la señal que alerta el momento de la reproducción. ¿Cuándo llega esta señal?

El reloj primaveral: la inducción floral. Algunas plantas tienen un ciclo de vida lo suficientemente largo que tienen que adaptarse a los cambios que suceden en cada una de las estaciones del año. Desde que empezó a estudiar el fenómeno, Lysenko reconocía la existencia de un programa genético que responde a señales externas, en el medio ambiente, como la temperatura. En la actualidad, la biología molecular ha descubierto que la “memoria” del invierno es un mecanismo regulado por algunos genes que evitan que las plantas produzcan flor.

¿Por qué producir flores en invierno no le conviene a todas las plantas? En las condiciones de baja temperatura, los órganos masculinos y femeninos de las flores tienden a ser afectados a tal grado que son estériles, o bien, la planta se ve obligada a abortar la flor (es decir, la tira antes de que ésta fecunde). Entonces, la adaptación evolutiva debió preparar a esta clase de organismos para reconocer por cuanto tiempo hay que mantener el mecanismo de supervivencia en lugar del de reproducción. Así, estas plantas, “cuentan” las horas para que llegue la primavera, momento en que sus pétalos pintan el paisaje de colores.

Floración prematura: ¿una consecuencia del cambio climático?

A inicio de febrero, observé que algunos árboles frutales del campus Amazcala de la Universidad Autónoma de Querétaro produjeron unas muy bonitas, pero anticipadas, flores. Simultáneamente, me encontré con algunas notas periodísticas anunciando que las jacarandas de la CDMX también se le adelantaron a la primavera. Revisando el calendario, ¿acaso estas especies se equivocaron o a que se deberá esta precocidad? ¿O quizá quién se equivocó fue la primavera?

Al realizar una búsqueda en la literatura sobre el efecto del cambio climático en la floración anticipada, encontré un solo estudio, en Hungría, donde reportan que desde 1952 que se tiene registro, la floración se ha adelantado entre 1.9 y 4.4 días, por cada década que pasa. Un punto más, para considerar los efectos del cambio climático.

Finalmente, las flores son importantes no solo por la belleza con la que adornan el entorno, sino por su función biológica para la dispersión de las especies en el clima y lugar adecuado. Además, una gran cantidad de frutos como el jitomate, pepino, aguacate, durazno, calabaza, por mencionar algunos, vienen de una flor. Es decir, que la vernalización importa para nuestro deleite en la pupila y en el paladar, y por lo que podemos observar, la alteración en el clima puede repercutir en los colores de cada día y en el costo de la canasta básica: por cierto, ¿ya notó el precio del jitomate, en estos días?

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