El próximo domingo 17 de octubre se conmemoran 68 años de la reforma constitucional de 1953 que dio reconocimiento a la ciudadanía tanto a mujeres como a varones, motivo por el cual, el movimiento sufragista logró cristalizar por primera vez el ejercicio del derecho al voto en las elecciones intermedias de 1955. Fue a partir de aquel entonces que, la participación electoral femenina daría comienzo a una larga lucha que hasta el momento continua.

Por lo anterior, como miembros de una colectividad que es heredera de un patrimonio político invaluable, es importante valorar los logros que en materia de incursión de las mujeres en la vida pública se han conseguido a través de casi 7 décadas. Si bien no es poca cosa lo que muchas activistas y políticas han conseguido, también debemos ser autocríticos y reconocer que en términos históricos 68 años son apenas un suspiro, motivo por el que, no debemos retroceder, ni para avanzar en el camino hacia la paridad.

En el México actual tan solo en los poderes ejecutivos de los estados, tenemos a 7 mujeres ocupando la máxima titularidad estatal. En el seno de la Suprema Corte de 11 espacios 3 son ocupados por mujeres y ni qué decir del poder legislativo, donde por primera vez en la historia, en ambas cámaras existe una paridad del 50%. Gran parte de los avances en la ocupación de espacios se deben a la reforma constitucional de paridad en todo, que inscribe el principio en nuestra constitución.

Con los hechos palpables es posible superar paulatinamente la etapa de las acciones afirmativas para adentrarnos en una nueva época en la que las condiciones para la competencia son iguales. Cabe hacer mención que, si bien el hecho de que una mujer ocupe el cargo, no es garantía de un ejercicio con verdadera perspectiva de género, es una condición necesaria y obligada. Aún quedan varios retos que enfrentar para erradicar vicios como la violencia política en razón de género, fenómeno que sigue obligando a las autoridades electorales a tener que reponer procesos que no son fáciles ni baratos.

Tal parece que la paridad aún tiene resistencias por vencer en el ámbito local, donde en la pasada elección en Querétaro solo 5 mujeres lograron triunfos en los ayuntamientos pese a la integración de los llamados “bloques de votación”. De parte de los órganos electorales la mesa está puesta, falta ver si los partidos políticos quieren seguir jugando todas las canicas con varones en municipios y distritos.

Candidato a ocupar el cargo de Consejero Presidente del Instituto Electoral del Estado de Querétaro

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