Hace 16 meses, el Mayo Zambada contó en una carta cómo lo secuestró el hijo del Chapo. El lunes, el hijo del Chapo relató el mismo episodio. Las dos versiones son casi idénticas, salvo por un detalle: el anzuelo. Sólo en eso no coinciden.
No es una contradicción menor porque salpica a un gobierno de Morena en su involucramiento con el crimen organizado: ¿a qué reunión iba el Mayo Zambada con el hijo del Chapo Guzmán el día que lo secuestró?
Joaquín Guzmán López dice, según aparece en el documento de su declaración de culpabilidad, que la reunión era para mediar entre él (el hijo del Chapo) y otras personas, a quienes no nombra.
En la carta que publicó el año pasado, el Mayo Zambada escribe que en esa reunión iba a mediar entre dos rivales políticos en Sinaloa: el gobernador, el morenista Rubén Rocha Moya, y su principal opositor, Héctor Melesio Cuén, diputado electo de oposición.
Cuén sí fue a la reunión, estuvo ahí y lo ejecutaron. El gobernador Rocha Moya ha dicho que él nunca supo de esa reunión, que él estaba en otro lado. Hasta ahí podría quedar en un “el hijo del Chapo inventó todo para hacer caer a su padrino”. Pero hay algo que no cuadra: el gobierno del estado encubrió el asesinato de Héctor Melesio Cuén, es decir, encubrió que Cuén sí fue a la reunión, sí estuvo ahí.
La Fiscalía del gobierno de Rocha anunció que a Cuén lo habían matado por robarle su automóvil en una gasolinera. Eso fue una mentira. ¿Por qué mintió? ¿por qué, si se supone que no tenía nada que esconder? ¿por qué, si según el gobernador ni fue a la reunión ni sabía de la reunión? El gobierno de Sinaloa mintió, y trató de esconder que al secuestrar al Mayo Zambada, los hijos del Chapo Guzmán ejecutaron al principal rival político del gobernador. Esa mentira la puso en evidencia nacional —quién lo iba a pensar— el entonces fiscal General de la República, Alejandro Gertz Manero. La Fiscalía de Gertz exhibió el montaje de la Fiscalía del morenista Rubén Rocha Moya y hasta en un comunicado confirmó que Cuén murió en el mismo rancho en el que secuestraron al Mayo Zambada.
O sea que cayó el Mayo, cayó el Chapito, cayó la fiscal de Sinaloa, ya también cayó Gertz, Cuén cayó abatido. Vamos, todos los involucrados han caído, excepto uno: el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya.
Y hoy pareciera que no asesinaron al opositor Cuén. En el gobierno de Sinaloa, lejos de sentirse corresponsables, actúan como si no hubiera nada pendiente ahí. La FGR no ha vuelto a decir nada sobre el caso. La Presidenta y los suyos cada que pueden respaldan al gobernador. La guerra entre las dos facciones del Cártel de Sinaloa continúa. Y de Cuén ni quien se acuerde. No hay ningún detenido por su asesinato. Y claro, Culiacán sigue invivible.
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