Hace poco más de un mes, se gestó desde Palacio Nacional un intento para remplazar al titular de la Fiscalía General de la República, Alejandro Gertz Manero. Su encargo concluye en dos años, pero la intención de Palacio era removerlo ya, según dos fuentes de primer nivel que atestiguaron los hechos.
La intención era poner al frente de la Fiscalía a alguien del círculo íntimo de la presidenta Sheinbaum, para someter totalmente la operación de la FGR a los designios del gobierno actual. Los nombres que se pusieron sobre la mesa fueron Arturo Zaldívar, exministro presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y actual coordinador general de Política y Gobierno de la Presidencia, y Ernestina Godoy, exfiscal de la Ciudad de México durante el gobierno local de Sheinbaum y actual titular de la Consejería Jurídica de la Presidencia.
No es que la FGR de Gertz esté peleada con Palacio Nacional. Nada más alejado a la realidad. Pero Gertz tiene control personal sobre la Fiscalía y él define qué sí y qué no, y cuándo. Desde luego, si hay un caso que es de la mayor importancia para Palacio Nacional —prioridad de AMLO o de Sheinbaum—, la Fiscalía de Gertz ha actuado en sintonía. Pero ha mantenido cierta autonomía: ha hecho sentir que no lo pueden dar por descontado, como si fuera un mero trámite. Gertz exige tener un lugar en la mesa. Esto ha llegado a resultar incómodo para Palacio Nacional y de ahí el intento por taclearlo antes de que termine su mandato legal.
Lo revelador es que, según las mismas fuentes, el intento de remover a Gertz antes de tiempo fue bateado por el propio fiscal. Tuvo el suficiente poder para hacer frente a ese embate desde las más altas esferas.
SACIAMORBOS
Causó sorpresa dentro del gobierno, incluso dentro de la Fiscalía General de la República, que la propia FGR detuviera hace unos días a Jorge Antonio Sánchez Ortega, como presunto segundo tirador en el asesinato de Luis Donaldo Colosio, hace 31 años, protegido por Genaro García Luna. Cuentan que el tema es personal para el fiscal Gertz Manero. Que él lo promovió y lo operó, para sorpresa de muchos incluso dentro de la 4T. Y que él, desde hace años, no tiene duda de ese tirador.
El detallado expediente del Caso Colosio y quienes lo han investigado sostienen que más allá de que García Luna no era nadie en el organigrama policial en esas épocas y por tanto no tuvo posibilidad de haber ejecutado el “rescate” de ningún segundo tirador (una hipótesis que fascina en el obradorato), el tema de fondo es que no pudo haber existido un segundo tirador: el arma con el que se hicieron los únicos dos disparos fue la misma según todos los peritajes nacionales e internacionales, y entre disparo y disparo sólo pasaron dos segundos, por lo que Mario Aburto hubiera tenido que transferir el arma en tiempo récord a un segundo tirador que, por cierto, no aparece en ninguno de los videos de ese día por lo que las versiones de que estaba en cuclillas para no ser retratado por las cámaras suenan poco creíbles.
Pa' saber.
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