Pizza, sol, caminatas, plazas, basílica, capillas, monumentos históricos, museos y personas. Nueve ‘ingredientes’ dieron sabor, emociones y color específicos al domingo 22 de julio de 2018 en Roma, Italia.

La travesía del último día en aquel viaje por Europa comenzó con la basílica de San Pietro in Vincoli, edificio en cuyo interior se encuentra la escultura del “Moisés” de Miguel Ángel.

Después de transitar de las cercanías estadio Olímpico hacia el recinto religioso en camión y metro, más subir escaleras que condujeron a la basílica, el goce estético al interior de San Pietro in Vincoli auguró lo mejor para el día.

El calor era palpable desde temprano. Caminar por las inmediaciones del Coliseo Romano y transitar como peatón por la “Vía del Fori Imperiali” fueron disfrutables: a cada lado se observaban monumentos históricos o ruinas antiguas de enorme valor.

El Foro Romano y el Arco de Tito son lugares históricos que pueden verse al caminar con dirección a la Plaza Venezia, siguiente parada.

Disfrutar la perspectiva desde el monumento a Vittorio Emanuele II, montado en su caballo, y entrar al museo con ‘toque’ militar ampliaron el goce cultural.

La Vía del Plebiscito fue la calle con la ruta que tendría como parada final, la plaza y Basílica del San Pedro, después de comer. Primero pasar por el Panteón, con su fuente y obelisco.

Observar la construcción y arquitectura en su interior fue grato, pese a la aglomeración de personas. A unos pasos está la Plaza Navona, con sus fuentes, calles y andadores alrededor.

Era la segunda visita a la plaza durante la estancia de casi cuatro días en Roma. Se disfrutó más que la primera. Al elegir un restaurante (trattoria) para comer, se procedió a disfrutar unas deliciosas pizzas y una pasta, acompañadas de vino.

La caminata siguió rumbo al castillo de Sant´Angelo, al otro lado del Río Tíber. Edificio que se disfruta visualmente. Desde ahí se observa El Vaticano, con la Plaza de San Pedro.

“Puente” 2018 y 2025

Lunes 21 de abril de 2025. Luto en la Iglesia Católica y El Vaticano. Fallece el argentino Jorge Mario Bergoglio, el Papa Francisco, por complicaciones de salud.

El queretano Manuel Guillermo Herrera llegó a Roma, esa misma fecha, en su primer viaje a Europa. Caminó del castillo de Sant´Angelo rumbo a la plaza de San Pedro.

Sobre la calle venden souvenirs con la figura y el rostro del Papa recién fallecido. Muñecos en miniatura, junto a los de futbolistas Diego Armando Maradona o Ronaldinho.

Observa altares en honor a Bergoglio, afuera de negocios o casas. Al llegar a la Plaza escucha el anuncio del rezo del primer rosario en homenaje al Papa, a las 7:30 p.m. hora local.

Sentado en primera fila, participó en la ceremonia. Cientos de personas acudieron a la plaza. Al día siguiente, Manuel Guillermo visitó la plaza de Santa María Maggiore, donde estuvieron los restos del sacerdote argentino los primeros días.

Tarde del domingo 22 de julio de 2018. Decidimos subir las escaleras de la Basílica hasta la cúpula, como cierre del tour dominical.

Antes, sábado 21 de julio, pareció observarse a Jorge Campos, exfutbolista mexicano y comentarista deportivo a quien también le apodan o dicen “El inmortal”, entre la multitud que visitaba la Basílica en su interior.

Seis días antes fue la final del Mundial Rusia 2018, cuando Francia venció a Croacia.

Un par de segundos bastaron para observar a un hombre moreno, sonriente, con un calzado peculiar que hacía recordar a playas mexicanas. Después se esfumó entre la multitud.

Tarde del domingo 22. El recorrido sigue. La meta: subir los escalones poco a poco, hasta la cúpula para observar la panorámica de Roma.

Mientras se subía, un señor irlandés hizo plática e hizo más ameno el trayecto. Había visitado México aunque no conocía Querétaro.

Desde casi lo más alto del recinto, observamos la panorámica de una Roma soleada en verano, en un domingo religioso, histórico y particular de julio 2018.

Periodista y profesor de la UAQ

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