Inicios de julio 2025. Tiempo de fase final en competiciones de futbol soccer: el Mundial de Clubes y la Copa Oro (la final será el domingo 6).
En los ciclos políticos de México, transcurre el primer año del sexenio de la Presidenta Claudia Sheinbaum. Han pasado 12 meses de su triunfo en la elección de 2024, y su victoria implica el segundo sexenio de Morena en el poder.
Como en el balompié, el partido político-táctico entre Morena y la oposición ha sido de once contra once, hombres y mujeres que en cada equipo han desempeñado roles y puesto algo de su personalidad o características para ofender al equipo contrario, en el sentido literal del verbo en algunos casos, o prevenir goles en portería.
José Gerardo Fernández Noroña ha sido el medio de contención de Morena. Desde la Presidencia del Senado buscó contener la ira y el enojo de la oposición, sobre todo en el marco de la Reforma al Poder Judicial; y ‘distribuyó’ juego o potenciales asuntos de interés público según los intereses de su partido. En no pocas ocasiones, se encargó del “juego sucio” o retrasar el tiempo.
Enfrente, Ricardo Anaya Cortés –coordinador de bancada panista en el Senado- y Guadalupe Acosta Naranjo, con Frente Cívico Nacional, buscan nulificar o contrarrestar el juego político de Noroña. El primero a través de la oratoria y argumentos, mientras que Acosta Naranjo lo intimida con su presencia desde la posición de líbero… ya no en sesiones del Consejo General del INE pero sí en cancha. Dupla “AA” (Anaya-Acosta).
El equipo de Morena tiene a Omar García Harfuch, Secretario de Seguridad federal, una de sus cartas fuertes en ofensiva. Anuncios de operativos contra huachicol y detenciones de líderes del crimen organizado en estados gobernados por la oposición, como Querétaro, aportan a la ofensiva de la narrativa del poder.
Del otro lado, la ofensiva está conformada por delanteros sacados del “retiro” temporal y que mediante entrevistas o apariciones con medios afines a la narrativa opositora, tratan de ofender y causar crisis al gobierno de la Presidenta. Ya sea con uno o dos “9” fijo (s), Enrique Peña Nieto y Ernesto Zedillo desempeñan el rol de delanteros.
El recambio en ofensiva es María Eugenia Campos, gobernadora de Chihuahua, sobre todo cuando quieren provocar enojos y “sacar de sus casillas” al líbero o cuarto defensa del equipo de Morena.
Javier Corral, senador y exmilitante del PAN, es el líbero de Morena. Desde el Senado y en medios de comunicación, busca afianzar estrategia del equipo, contener críticas y enojos de los rivales, pero decisiones que favorecen a César Duarte le generan ira.
La defensa –jurídica- de ambos equipos tiene un representante: la ministra Norma Piña juega a favor de la oposición. Hugo Aguilar, próximo ministro de la SCJN, es el perfil o cambio para fortalecer defensa del equipo Morena.
En la portería ambos equipos tienen un perfil tipo Nahuel Guzmán: provocadores y con ánimos de reflectores más allá de lo deportivo. La oposición ha jugado con Ricardo Salinas Pliego, concesionario de Tv Azteca y quien debe miles de millones de impuestos al erario. El equipo de Morena tiene en el senador Adán Augusto López a un portero que ha sido señalado por declaraciones ofensivas en la problemática de discapacidad.
La oposición tiene a la senadora Lilly Téllez, su extrema derecha en el campo. Con o sin megáfono, busca ofender al rival a base de espectáculo. El equipo de Morena tiene a la senadora Andrea Chávez, quien con su experiencia legislativa ya aprendió mañas y trucos para un estilo de hacerse la víctima.
En un rol de experiencia y lectura del timing adecuado, Sergio Gutiérrez Luna –diputado federal- y Rubén Moreira Valdez tienen esa responsabilidad en cada equipo. El presidente de San Lázaro, que ha generado polémica, trata de hacer dupla con Fernández Noroña. Moreira, busca la propio con la dupla “AA” en oposición.
Profesor de la UAQ y periodista