Nos cuentan que hay mucha confusión, sobre todo en redes sociales, por una declaración que dio la semana pasada Francisco Domínguez Servién. El gobernador queretano, nos dicen, recibió una extorsión a través de una llamada telefónica. El presunto extorsionador, nos cuentan, se hizo pasar como dirigente de Morena, pero Pancho jamás acusó que Morena y algunos de sus dirigentes formales estén queriendo sacarle dinero. Al final todo tendrá que ser aclarado e investigado por las autoridades de la Fiscalía General del Estado y General de la República, y pronto seguramente, se conocerá al autor o los autores de este presunto ilícito.
Nos comentan que Norman F. Pearl, en su cuenta de Twitter, soltó “un torito”. El aspirante a la dirigencia estatal de Morena escribió que “los esfuerzos en la Unidad de Inteligencia Financiera y la Fiscalía General de la República se estrellan y diluyen ante la corrupción que impera en el poder judicial que salva a los delincuentes. ¿Compartirías (que) el presidente @lopezobrador_ diluyera a la Suprema Corte de Justicia?”. Nos dicen que esas son las aspiraciones dictatoriales de don Norman que a más de un demócrata pusieron a reflexionar sobre el futuro de la nación.